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Comercio ilegal de medicamentos piratas en México, así se trafican

Medicamentos falsos, la última pandemia en México

Cuando contrajo diabetes, Guillermina, de 52 años, pensó que con la ingesta de medicamentos prescritos por su doctor iba a mejorar rápidamente. Tras algunos días tomándolos no sólo no hubo mejoría, sino empezó con dolores en varias partes de su cuerpo. Eran fármacos falsificados.

En México, seis de cada 10 medicamentos que se comercializan son falsos, caducos o robados y se adquieren en tianguis, por internet o hasta sin receta médica en farmacias.

Uno de los principales distribuidores de fármacos “piratas” es el sanguinario Cártel Jalisco Nueva Generación, que según la Fiscalía General de la República (FGR) produce las medicinas y obliga a las pequeñas y medianas empresas a venderlas, principalmente en las entidades de Guanajuato, Jalisco, Guerrero y Michoacán.

Los medicamentos fraudulentos suponen un negocio importante para los operadores de la organización criminal, quienes llegan a los negocios, amagan a los encargados o a los dueños y los obligan a comprar las medicinas que les llevan. Luego, son forzados a colocarlas entre las existencias de los productos auténticos y a comercializarlos entre sus clientes. Si se oponen, les cuesta la vida.

Una de las principales características del CJNG en el comercio ilegal de fármacos es que busca perfeccionar sus copias y, aunque deforma fallida, trata igualar colores, diseños y logotipos de cada caja y tamaños, sellos y hasta la manera en que cada pastilla o serie de capsulas son empaquetadas.

No obstante, el mayor atractivo de las medicinas es la radical diferencia de precio: los fármacos falsos se venden en la quinta parte de lo que cuesta un producto original.

Entre los medicamentos apócrifos que más circulan en el país se encuentran tratamientos contra cáncer, VIH, paludismo, osteoporosis, diabetes, hipertensión, colesterol, males cardiovasculares u obesidad.

También para Alzheimer, disfunción eréctil, asma, antibióticos, productos antisicóticos, esteroides, antiinflamatorios, analgésicos, antitusivos, hormonas y vitaminas.

El diario La Jornada documenta que los representantes de las empresas farmacéuticas afectadas por esta actividad criminal están más preocupados por el riesgo que genera a los pacientes, que por las pérdidas económicas.

La estrategia de México para controlar esta economía ilegal se ha centrado en decomisos e identificación de sitios web dedicados a la venta de medicamentos “piratas”.

Entre 2011 y 2017 las autoridades federales incautaron 537 toneladas de fármacos. Asimismo, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha bloqueado más de 8,500 páginas web que comercializaban medicamentos clandestinos. Sin embargo, los esfuerzos han sido insuficientes para detener el crecimiento del mercado negro de medicamentos cuyo valor se duplicó hace tres años y ahora representa el nueve por ciento del valor total del mercado farmaceútico en México.

Según las autoridades, el negocio de fármacos fraudulentos ocurre principalmente en los municipios urbanos y rurales como Zapotlanejo, Tlajomulco de Zúñiga y Atotonilco, en Jalisco.

En Michoacán se centra en las regiones de Aguililla, Coahuyana, Vista Hermosa y Tanhuato, Mientras que en Guerrero, donde el CJNG se ha asociado con grupos delictivos locales como Los Granados, se asienta en las zonas de Tixtla, Chilapa, Atoyac de Álvarez, Benito Juárez, Petatlán y José de Azueta.