Por: Cortesía

Artículo

Este es el motivo por el que prohíben las fotos con flash en los museos

Son muchos los mitos que hay al redor de las fotografías en los museos. En algunos lugares no las prohíben específicamente, sino que limitan el uso del flash, que es un elemento que podría afectar el estado de algunas obras.

Este motivo se basa en el uso de luz y la exposición que con el tiempo puede dañar la calidad de las pinturas, en primer lugar. Aunque en otros casos, los motivos pueden basarse en la organización del museo, evitando aglomeraciones y motivando a la compra de artículos de la tienda del lugar.

Por qué el flash puede dañar una obra de arte

En primer lugar, la luz del flash puede dañar las obras de arte expuestas. La luz que emite esta función, aunque parezca inofensiva, puede afectar los pigmentos de las pinturas en el largo plazo. El impacto podría modificar los colores originales, afectando la calidad de una obra, que puede ser única.

Por ese motivo, la temperatura y la iluminación en los museos se controlan cuidadosamente para preservar las obras de arte, porque un cambio brusco en el ambiente también puede generar roturas en el lienzo.

El problema no pasa porque una sola persona tome la foto con flash, ya que ese único impacto de luz no dañaría una pintura, pero al ser un lugar con visitantes recurrentes es probable que al día esa única foto se multiplique y con el paso del tiempo la afectación se evidencie.

Sin embargo, no todos los flashes son un problema. Martin Evans, investigador de la Universidad de Cambridge, encontró que el flash electrónico, como el que tienen los teléfonos móviles, es un peligro insignificante para la estabilidad de los pigmentos de las pinturas, incluso a largo plazo.

Un estudio realizado por David Saunders para la National Gallery de Londres demostró que el efecto de múltiples destellos de flash en obras de arte era equivalente a la iluminación normal a la que están sometidas en una sala de museo. Es decir, la luz del propio entorno del museo puede tener un efecto similar al del flash en términos de su impacto sobre las pinturas expuestas.

Por ese motivo, otros investigadores han afirmado que la exposición a este tipo de luz se puede compensar con un mejor manejo del ambiente de la exposición.

Las obras de arte son especialmente sensibles a los flashes de xenón que emiten luz ultravioleta, pero la mayoría de las cámaras modernas y los dispositivos móviles incorporan filtros para reducir la emisión de esta luz ultravioleta, lo que minimiza el impacto.

Otros motivos para la prohibición

Más allá de estas investigaciones, muchos museos prefieren cuidar sus pinturas y mantener un ambiente adecuado para preservación de las piezas. Además del posible daño a las obras, la presencia constante de flashes puede resultar molesta para otros visitantes, interrumpiendo la experiencia en el museo.

Otros toman la decisión por motivos financieros. Por ejemplo, el Vaticano hizo un acuerdo con la cadena de televisión Nippon TV para que ellos financiaran la restauración de la Capilla Sixtina y a cambio se quedaron con los derechos de imagen de las pinturas de este lugar. Por ese motivo no se pueden tomar fotos o videos allí sin un permiso previo.

Aunque el acuerdo terminó en 1997, la iglesia decidió continuar con la restricción, ya que la Capilla recibe miles de visitantes al día, lo que genera aglomeraciones y permitir las fotografías o videos, sin importar que no se use flash, entorpecería el flujo de las personas.

A esto también se suma la protección de los derechos de autor, porque muchas de las obras que se exponen en un museo son únicas y al tomar imágenes pueden ser difundidas por internet, creando material del que otras personas puedan generar ingresos.