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Cine-Scopio: El Cambio Climático en el Cine

Desde que existe el cinematógrafo, podría decirse que cada película ha contenido un velado mensaje ecologista, pero la relativamente creciente preocupación actual por el medio ambiente ha motivado a cientos de realizadores fílmicos a expresar y explotar el tema a través de diversos géneros. Conoce el paso del cambio climático en el cine. 

Hoy en día la importancia de preservar el medio ambiente es el asunto central en muchos filmes, y su producción es tan vasta que incluso existen ya varios festivales mundiales dedicados al tema, por ejemplo el Environmental Film Festival, realizado en Washington D.C., y el Cinema Planeta, Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente, que se lleva a cabo en nuestro país, sólo por mencionar algunos. Cada problema ecológico tiene en su haber una larga lista de filmes que lo retratan. 

El cambio climático en el cine, apoyado de la ciencia ficción nos ha dado la visión más exagerada –y apocalíptica– de adónde nos puede llevar la destrucción del medio ambiente y de los sistemas ecológicos. Así que señalaremos las principales preocupaciones respecto a nuestro entorno natural con algunas películas que traten el tema.

Destrucción del Ecosistema

La sobrepoblación y la producción excesiva de plásticos y demás artículos desechables ha llevado a los cineastas a imaginar un futuro trágico. El primer ejemplo, Silent Running (1972), exhibe un siglo XXI en el que las únicas muestras de ecosistema sobreviviente viajan en domos adaptados en naves espaciales.

Un día, estos vehículos reciben la orden de destruir los ecosistemas y de regresar a la Tierra, sin embargo en el Valley Forge el encargado enloquece y decide preservar su ecosistema a costa de las vidas del resto de la tripulación. Desgraciadamente no se profundiza en el hecho de que no hay ecosistemas en la Tierra, y aunque los efectos especiales eran de lo mejor en aquel entonces, a la película no le ha ido bien con el paso del tiempo.

Queda mucho mejor ese sentimiento de pérdida del ecosistema en el filme animado Wall-E (2008). En él, la humanidad abandonó la Tierra cientos de años atrás debido a la desaparición de la vida verde por la enorme cantidad de basura y polución. Irónicamente, la mayoría de la basura fue producida por el emporio multimillonario internacional Buy n Large, que también es el responsable de la gigantesca nave que alberga a la humanidad sobreviviente.

El nivel de sofisticación de la animación generada por computadora nos presenta un panorama desolador de la Tierra, donde rascacielos que se ven a lo lejos, de cerca resultan ser basura apilada, y los fenómenos climáticos incluyen tornados de polvo. La aparición de una pequeña planta significa la esperanza del regreso de los humanos, que por cierto han evolucionado en amorfos seres debido a siglos y siglos de vida sedentaria. Un rudo mensaje tratándose de un filme animado. 

Aumento de la Temperatura

El ejemplo más extremo del horroroso calentamiento global está en la película Waterworld (1995). En un futuro próximo este fenómeno provoca que las zonas polares se derritan y el planeta esté sumido en el océano. Los sobrevivientes se han adaptado y un grupo de ellos trata de buscar un supuesto lugar de tierra firme. Sin embargo, no hay un mensaje de preservación de la naturaleza; el calentamiento global es meramente un dato anecdótico, y no olvidemos que este filme fue uno de los más grandes fracasos taquilleros.

Otro ejemplo fatalista y apocalíptico de los efectos del calentamiento está en la cinta El día después de mañana (2004), en la cual el calentamiento global desata una nueva era glacial que empieza con fenómenos climáticos extremos y que deja al hemisferio norte sumido en la nieve. Claro, el director Roland Emmerich sigue el esquema de toda buena película de desastres: grandes escenas de destrucción (sobre todo aquélla en la que Nueva York es inundada hasta el décimo piso) logradas por efectos especiales de última tecnología, a la vez que la trama sigue a un grupo de personajes que hacen todo lo posible por sobrevivir (ver recuadro).

Corporaciones vs. La vida

Cuando el culpable de la contaminación tiene cara, ésta casi siempre está representada por una compañía o un conglomerado internacional. Naturalmente esto suele ser más grave que sólo tirar basura por la ventanilla de un automóvil, ya que los efectos suelen ser letales, a gran escala y a muy corto plazo. Por ello, los casos reales de este tipo han inspirado distintos filmes.

Una acción civil (1998) está basado en un caso real en que dos compañías productoras de cuero contaminaban el agua cercana a una comunidad, dando como resultado la muerte, por leucemia, de una docena de niños. El filme trata acerca de la lucha legal que los padres de familia y una pequeña firma de abogados emprenden contra dichas transnacionales. Contrario a lo que pueda sonar, la cinta destaca por que los personajes no fueron planteados en términos de blanco y negro, y el desenlace no es el típico final feliz hollywoodense. 

Erin Brokovich (2000) plantea la lucha de una mujer, la nueva asistente de una pequeña firma de abogados, contra la Pacific Gas & Electric Company, empresa que había estado tirando ilegalmente cromo hexavalente y, por tanto, envenenando a la comunidad de Hinkley, California

El problema con el cambio climático en el cine es que los hechos son modificados para efectos creativos o narrativos y por eso no quedan plasmados en el cine como ocurrieron en la vida real. En el caso de las cintas mencionadas, ninguna de las querellas legales terminó en la realidad como en su versión fílmica.

Muy Interesante. 

 

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