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Entérate. Asilo se ha negado a vacunar a sus residentes.

“Hemos decidido no suministrar la vacuna a nuestros usuarios”. Esto comunicaba la carta remitida por la dirección de la residencia de día Aiton Etxe, en Oiartzun (Gipuzkoa España),. El centro de alojamiento ha recurrido a argumentos falsos utilizados por sectores negacionistas, rechaza la vacunación frente a la covid de sus cerca de 40 residentes y ha dado a entender al que quiera recibir una dosis que “llegado el momento podrá acudir a su centro de salud”. La institución ha anunciado que va a estudiar la misiva y a tomar las medidas pertinentes y, en un comunicado, ha intentado tranquilizar a los residentes asegurando que “la Diputación garantizará el derecho de todas las personas a vacunarse”.

La autenticidad del lugar, se justifica todo un argumentario contra la vacunación. Sin embargo, la dirección del centro, a la que se atribuye la redacción de la carta, no ha dado de momento explicaciones.

 

Otra falsedad de la misiva es la que afirma que “no está demostrado que los beneficios que ofrece el medicamento supere los riegos que puede producir”, algo que todos los ensayos clínicos y evaluaciones de las agencias de medicamento desmienten. Las vacunas que han empezado a administrarse (en España por ahora la de Pfizer y pronto también la de Moderna) han mostrado en los ensayos una eficacia superior al 90% y unos efectos secundarios leves.

El comunicado que se dio a conocer está plagada de argumentos falsos utilizados por los sectores negacionistas y antivacunas en los últimos tiempos. Asegura que el principal motivo para no aceptar la vacunación es que se trata de “un producto que aún está en fase experimental”, cuando se han ha cumplido todas las pruebas de desarrollo que aseguran su seguridad y eficacia, aunque en esta ocasión compañías y autoridades las han acelerado ante la gravedad de la pandemia. Casi dos millones de personas han muerto ya en el mundo a causa del SARS-CoV-2 y son precisamente los mayores los que más se benefician de la inmunización, ya que la mortalidad de la covid se dispara con la edad.

Otra falsedad de la carta es la que afirma que “no está demostrado que los beneficios que ofrece el medicamento supere los riegos que puede crear la enfermedad”, algo que todos los ensayos clínicos y evaluaciones de las agencias de medicamento desmienten. Las vacunas que han empezado a administrarse (Pfizer y Moderna) han mostrado en los ensayos una eficacia superior al 90% y unos efectos secundarios leves.