El queso azul es uno de los más reconocidos en el mundo por su sabor intenso, color característico y olor penetrante. Aunque para muchos este aroma resulta desagradable, se debe a un proceso natural y controlado.
¿Por qué huele fuerte el queso azul?
El característico olor del queso azul surge durante su elaboración, donde se utiliza el hongo Penicillium roqueforti o Penicillium glaucum. Estos microorganismos generan compuestos químicos que producen un aroma intenso y distintivo, además de aportar sabor y textura cremosa.
¿Es peligroso consumir queso azul?
En condiciones normales, comer queso azul no representa un riesgo, ya que los hongos utilizados son seguros y han sido cultivados específicamente para su elaboración. No producen toxinas dañinas y cumplen con estrictos controles sanitarios.
Sin embargo, existen grupos que deben tener precauciones especiales:
- Embarazadas, adultos mayores o personas con defensas bajas: riesgo de listeriosis si el queso no se conserva adecuadamente.
- Personas con intolerancia a la lactosa o alergias lácteas: puede provocar reacciones adversas.
- Casos raros de alergia al Penicillium: pueden generar molestias digestivas o respiratorias.
Cómo consumir queso azul de forma segura
- Verifica siempre la fecha de caducidad.
- Evita consumir piezas con mohos distintos al característico azul verdoso (negros, naranjas o rosados).
- Consérvalo en refrigeración y evita cambios bruscos de temperatura.
- Combínalo con moderación en ensaladas, salsas o tablas de quesos.
El queso azul no es dañino por sí mismo; al contrario, forma parte de la tradición gastronómica mundial. La clave está en elegir productos de calidad, almacenarlos correctamente y consumirlos con precaución en personas vulnerables.