El regreso a clases no solo implica volver a la escuela, sino también retomar rutinas, organizar mochilas y preparar desayunos. Entre estos desafíos, surge una tarea clave para los padres: planear el lunch escolar, ahora bajo la nueva regulación que prohíbe la venta de alimentos con sellos en las escuelas.
Alimentación y salud infantil
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2020), más del 70% de los niños de 5 a 11 años presenta deficiencia de calcio, y el 37% enfrenta sobrepeso u obesidad. Estas cifras reflejan la importancia de fomentar hábitos alimenticios saludables desde edades tempranas.
Un lunch que aporta energía
Expertos recomiendan que la lonchera escolar aporte entre 15% y 20% de la energía diaria que los niños necesitan. Para lograrlo, debe incluir frutas, verduras, cereales integrales, proteína como lácteos y agua natural.
María Fernanda Bores, Health Marketing Manager de Danone México, señaló que involucrar a los niños en la preparación de su lunch favorece la aceptación de los alimentos y refuerza hábitos saludables.
Opciones prácticas y nutritivas
Productos como Danonino Queso Petit Suisse de 42 g aportan el calcio equivalente a dos vasos de leche, además de vitamina D, esenciales para el fortalecimiento de los huesos.
Asimismo, la marca ofrece presentaciones prácticas, como el vasito clásico y el pouch fácil de abrir, lo que permite adaptar la lonchera a distintos horarios y preferencias.
Regulación y elecciones conscientes
El etiquetado frontal se ha convertido en una guía para los padres al señalar de manera clara los productos con exceso de azúcares, grasas, sodio o calorías.
“La regulación no busca prohibir, sino orientar hacia elecciones más equilibradas. Al elegir alimentos sin sellos que aporten nutrientes, los padres acompañan a sus hijos en la formación de hábitos saludables”, explicó Bores.
Un recreo más nutritivo
Este regreso a clases, preparar un lunch saludable es una oportunidad para que los niños recarguen energía, compartan con amigos y refuercen hábitos positivos. Elegir alimentos prácticos y nutritivos garantiza opciones adecuadas para su crecimiento y desarrollo, cumpliendo con la regulación escolar y facilitando la rutina familiar.