Foto: Cortesía
Te voy a decir algo que probablemente ya sabes pero no quieres admitir: estás vagando sin rumbo. Vas por la vida reaccionando, no eligiendo. Y cada día que pasa sin un destino claro es un día más cerca del final sin haber hecho nada que importe.
Suena duro, lo sé. Pero alguien tiene que decírtelo.
Mira, todos tenemos esas pequeñas metas. Pagar las cuentas. Llegar al viernes. Comprar algo nuevo. Y está bien, necesitamos eso para funcionar. Pero si eso es todo lo que tienes, estás en problemas.
Porque esas metas pequeñas solo te mantienen respirando. No te hacen sentir vivo. Y cuando tu única meta es sobrevivir otro día más, terminas muerto por dentro mucho antes de que tu cuerpo lo sepa.
Sin algo real que perseguir, te aburres. Pierdes el hambre. Te vuelves flojo. Y empiezas a buscar cualquier cosa que llene ese vacío. A veces son cosas inofensivas. Otras veces no tanto.
¿Quieres saber por qué hay tanta violencia, adicción y miseria? Porque hay millones de personas caminando sin saber hacia dónde van. Gente vacía buscando llenarse con lo que sea.
Cuando no tienes nada por qué vivir, cualquier cosa se vuelve tentadora. Cuando no tienes un norte, cualquier dirección parece válida. Y así es como la gente termina destruyéndose a sí misma y a los demás.
Esto no es filosofía barata. Es la realidad que ves cada día si abres los ojos.
Necesitas sentarte hoy mismo y decidir. ¿Qué vas a hacer con el tiempo que te queda? Porque no es infinito. Se está acabando mientras lees esto.
Busca algo que valga la pena. No me vengas con “ser feliz” o “vivir tranquilo”. Eso es lo que quieren los que no tienen agallas para ir por algo grande.
Necesitas algo que te saque de la cama aunque estés cansado. Algo que te haga trabajar cuando otros descansan. Algo que cuando lo logres, cambie tu vida y la de otros.
¿Quieres dejar una marca en este mundo? ¿O quieres que te olviden antes de que te entierren?
Escúchame bien: lo que estás pensando ahora mismo probablemente es demasiado pequeño.
Ve por algo que te asuste. Por algo que cuando se lo cuentas a alguien te mire raro. Por algo que incluso tú mismo piensas “esto es imposible”.
Porque si no te da miedo, no es lo suficientemente grande. Si no parece imposible, es porque puedes lograrlo dormido. Y eso no va a cambiar nada.
Sí, vas a encontrar obstáculos. Vas a querer rendirte. Gente te va a decir que estás loco. Perfecto. Esa es la señal de que vas por buen camino.
Las cosas fáciles no valen nada. Las cosas difíciles son las que dejan huella.
Ahora, no seas idiota intentando hacerlo solo. Las leyendas solitarias son mentira.
Busca gente que quiera lo mismo que tú. Júntense. Empújense. Ayúdense. Porque cuando varios van hacia la misma cima, todos llegan más rápido y más lejos.
Contagia tu visión. Haz que otros vean lo que tú ves. Construye un equipo. Porque las cosas grandes las hacen grupos de personas comprometidas, no héroes solitarios.
Voltea a ver el desastre que tenemos. Problemas por todos lados. Y puedes seguir quejándote, o puedes hacer algo al respecto.
Cada persona que decide vivir con propósito es una grieta en la oscuridad. No necesitamos más zombies que van del trabajo a casa y de casa al trabajo. Necesitamos gente despierta que construya algo mejor.
Entonces deja de leer y decide: ¿vas a seguir flotando sin rumbo o vas a elegir tu destino?
¿Vas a desperdiciar tu vida en cosas que no importan o vas a ir por algo grande?
El reloj corre. Cada segundo que dudas es un segundo perdido.
Muévete ya.
¡Desata tu poder y esplendor!
El mundo necesita que brilles.
Soy Guillermo del Castillo.
Te admiro.
IG: @gdelcastilloc