Entre los usos de una cámara térmica, instalada en algunos aeropuertos y otros lugares públicos para detectar a personas con fiebre, puede servir para saber si alguien nos miente o incluso, si nos ama.
De acuerdo con el maestro Emilio Gómez Milán, catedrático del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, la temperatura de la piel puede verse afectada ante diversas “pruebas cognitivas y emocionales”.
El especialista detalló que los investigadores del Centro Mente, Cerebro y Comportamiento de la universidad española han desarrollado un método para detectar mentiras basado en el uso de cámaras térmicas, que muestran los rayos infrarrojos del cuerpo humano. Dicha técnica asegura ser precisa en un 80 por ciento, con 20 por ciento de falsos resultados.
Gómez Milán asegura que el proceso de la mentira activa el sistema nervioso autónomo simpático, lo que vuelve la persona nerviosa, así como el lóbulo frontal del cerebro, que detona aumentos de temperatura en los costados izquierdo y derecho de la cabeza, los cuales aparecen en las cámaras térmicas. Además, el nerviosismo aumenta la temperatura en la nariz.
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¿Y el amor?
El profesor describe que el proceso amoroso esta dividido en la pasión o el deseo, la intimidad y el compromiso social. Estos componentes se mezclan y dan como resultado varios tipos de amor, como el vacío, basado sólo en una responsabilidad ante la sociedad, o el pleno, que tiene los tres componentes previamente mencionados.
Cuando una persona muestra pasión, hay un aumento térmico en la cara, manos y pecho. En tanto que sobre la intimidad, las cámaras detectan una baja de temperatura en el torso, pecho y abdomen. Sobre el compromiso, éste sólo produce un ligero enfriamiento en las manos.
El investigador asegura que han logrado detectar un mapa térmico de la atracción sexual y de la amistad, los cuales son completamente diferentes al de la pasión y la intimidad.
