Tlaxcala, Tlax.- Desde las primeras horas del sábado 23 de agosto, el Pueblo Mágico de Huamantla se llenó de visitantes vestidos con botas, sombreros y atuendos vaqueros. La música regional y los antojitos anunciaban la llegada de la esperada Huamantlada 2025, una tradición que combina fiesta, riesgo y adrenalina.
El inicio de la suelta de toros
A las 10:00 horas, el “chupinazo” marcó el inicio de la capea más grande del mundo. 18 toros bravos, con un peso superior a los 500 kilos, salieron de las ganaderías De Haro, Begoña y Zacatepec para recorrer las calles del centro de la ciudad.
Adrenalina y peligro en las calles
Los toros, pese al piso resbaladizo, embistieron con fuerza a toreros improvisados, en su mayoría jóvenes que desafiaron la suerte frente a miles de asistentes. El ambiente festivo contrastaba con el riesgo, pues mientras unos bailaban con cerveza en mano, otros corrían para evitar las embestidas.
Ocho lesionados y un herido de gravedad
La jornada dejó un saldo de ocho lesionados, entre ellos un herido grave trasladado al Hospital General IMSS-Bienestar. El operativo de seguridad incluyó más de 300 profesionales de la salud preparados para atender cualquier emergencia.
La tradición que divide opiniones
Durante 60 minutos, el circuito de Huamantla se transformó en un ruedo callejero, donde el olor a sangre, la música de banda y la valentía de los participantes se mezclaron en un espectáculo que atrae miles de turistas pero también críticas de grupos animalistas.
Identidad y cierre de la fiesta
Al concluir la suelta, los astados fueron conducidos para su sacrificio, cerrando un ciclo que, para muchos, representa la identidad cultural de Huamantla. La feria continuó con corridas formales, expo ganadera y presentaciones artísticas, pero lo vivido en la Huamantlada quedó marcado en la memoria de asistentes y participantes.