Tlaxcala, Tlax.- A más de dos años de promesas incumplidas, el secretario de Educación en Tlaxcala, Homero Meneses Hernández, enfrenta una fuerte crisis de credibilidad. El funcionario prometió reformas para proteger a docentes frente a las agresiones dentro y fuera de las aulas, pero no ha presentado iniciativas reales que garanticen condiciones dignas y seguras para el ejercicio docente.
Compromisos sin sustento legal
Los compromisos públicos del secretario han quedado en discurso vacío, sin una sola ley o política efectiva que respalde sus declaraciones. El magisterio lo acusa de engaño, al considerar que traicionó la confianza de quienes creyeron en sus palabras.
Culpar a otros en lugar de asumir responsabilidades
En vez de asumir su responsabilidad ante el estancamiento legislativo, Homero Meneses ha optado por culpar a exdiputados locales, lo cual ha sido percibido por docentes como un acto de cinismo y evasión.
Silencio frente a denuncias de abuso en escuelas
La indignación crece también por el silencio institucional ante casos de abuso sexual infantil, como el ocurrido en una telesecundaria de Apizaco, donde un maestro señalado por acoso siguió laborando sin consecuencias, a pesar de las denuncias.
Ambiciones políticas, ética cuestionada
El descontento social se intensifica debido al interés político del secretario por contender a la gubernatura. Para muchos, resulta inconcebible que quien ha encubierto a agresores y desprotegido al magisterio aspire a gobernar Tlaxcala.
Simulación y falta de ética en el sistema educativo
Lo que se presentó como un proyecto de transformación educativa, se ha convertido en un ejemplo de simulación, opacidad y falta de ética en la gestión pública. La comunidad educativa exige respuestas, no aspiraciones políticas.
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