Puebla, Pue.— La percepción de inseguridad entre la población de Puebla capital registró un alarmante aumento durante el segundo trimestre de 2025. De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi, el 84.0% de los mayores de 18 años considera que vivir en la ciudad es inseguro, un salto de 9.5 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior, cuando se ubicaba en 74.5%.
Este incremento coloca a Puebla entre las ciudades con mayor deterioro en percepción de seguridad del país, muy por encima del promedio nacional, que fue de 63.2% en junio.
A nivel nacional, los lugares donde la ciudadanía se siente más vulnerable son los cajeros automáticos en la vía pública (72.2%), el transporte público (65.0%) y las calles (63.7%). En Puebla, estos espacios también figuran como los más inseguros, de acuerdo con reportes locales y denuncias ciudadanas.
El entorno actual ha provocado cambios importantes en la rutina de las personas. Según la ENSU, 42.7% ha dejado de portar objetos de valor, 42.4% impide que menores salgan solos y 38.0% evita caminar por las noches, prácticas comunes entre los poblanos ante el temor de ser víctimas de algún delito.
Además, más de la mitad de la población reporta haber presenciado robos, consumo de drogas o actos de vandalismo cerca de su hogar, lo que refuerza la sensación de vulnerabilidad.
El crecimiento de la percepción de inseguridad también se asocia con la baja confianza en las autoridades locales. Solo el 26.5% de los poblanos considera efectivo al gobierno municipal para resolver los problemas más urgentes, cifra por debajo del promedio nacional de 30.1%. La Policía Municipal, por su parte, es percibida como efectiva por apenas el 46.4% de la ciudadanía a nivel nacional.
A esto se suman los problemas urbanos: baches (82.9%), fugas de agua (66.4%) y coladeras tapadas (60.2%) son las principales quejas a nivel nacional, también presentes en Puebla, alimentando la percepción de abandono y desatención institucional.
El aumento del 74.5% al 84.0% en la percepción de inseguridad no solo es estadísticamente grave, sino que representa una señal de alerta que exige acciones contundentes por parte de los gobiernos estatal y municipal para recuperar la confianza y tranquilidad de los ciudadanos.