Puebla

Fe y devoción se vivió en la Procesión de Viernes Santo

Puebla, Pue.-Desde muy temprano los feligreses arribaron a las principales calles del Centro Histórico para vivir la Procesión de Viernes Santo 2019, en la cual participó por primera vez el Santo Niño Doctor, con flores, imágenes a escala, conatos y confeti recibieron a las diferentes imágenes representativas del catolicismo en Puebla. 

En punto de las 9:30 horas el Niño Doctor arribó al templo de La Compañía, donde devotas arribaron a cantarle, orar y hacer sus peticiones personales, ya que entre los asistentes, aseguraban que le tienen agradecimiento a los favores solicitados en algún momento de dificultad y si no han podido ir a su casa en el municipio de Tepeaca es por las condiciones económicas o por temas de salud. 

Al mismo tiempo, las imágenes de la Virgen de Dolores, Jesús Nazareno, Señor de los Tres Caídas, la Virgen de la Soledad y el Señor de las Maravillas iniciaban su recorrido inicial hacia el atrio de la Catedral Poblana, donde se reunirían para que los fieles pudieran verlos y mostrar su devoción. 

Tras el primer mensaje del arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa comenzaron el recorrido, donde la gente mostraba angustia en el rostro por diversos temas personales y sociales que se viven en la actualidad, sin embargo rezaban y mostraban la fe que tiene por cada una de las imágenes que representan la Vida, Muerte y Resurreccion de Cristo. 

Durante el recorrido se mantuvo un ambiente de paz y tranquilidad, debido a que el clima fue propicio para que los participantes tuvieron un recorrido ameno, personas desde los balcones, azoteas, restaurantes, cafeterías y viviendas pudieron vivir y sentir la emoción que transmiten cada una de las esculturas. 

Fueron más de tres kilómetros de recorrido donde se vieron sonrisas, lágrimas, tristezas y amor, donde los católicos recordaron cada uno de los sacrificios que realizó Jesús antes de ser crucificado. 

 En punto de las 15:00 horas se realizó el rezo de la Coronilla con las imágenes reunidas de nueva cuenta en el atrio de catedral, con lo que se ganaba la indulgencia plenaria. 

 

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