Este viernes 29 de agosto, el Congreso de la Unión fue escenario de un nuevo capítulo de confrontación política entre Gerardo Fernández Noroña y Alejandro ‘Alito’ Moreno, en una sesión extraordinaria convocada a las 9:30 horas.
La reunión tuvo como objetivo condenar la agresión que, según Noroña, sufrió por parte del dirigente nacional del PRI y otros legisladores priistas. El hecho desató división y tensiones entre las bancadas.
Noroña exige sanción y Morena lo respalda
Fernández Noroña advirtió que no dejará impune la agresión y no descartó convocar a nuevas sesiones. Desde Morena, legisladores pidieron que quienes no integran la Comisión Permanente abandonaran el recinto, lo que provocó molestias en el PRI.
‘Alito’ Moreno responde y niega acusaciones
Por su parte, Alejandro Moreno confirmó su asistencia, a pesar de que la sesión lo señalaba directamente.
El priista acusó que las últimas reuniones fueron un “capricho” de Noroña para atacar a la oposición y lo calificó de “trastornado” y “fanático”.
PAN rechaza la convocatoria
La bancada del PAN se negó a participar, calificando la cita como “ilegal e irregular”, ya que el periodo de sesiones había concluido. Señalaron a Noroña de conducir con parcialidad y provocar enfrentamientos desde la Mesa Directiva.
Escalada del conflicto y agresiones físicas
El altercado entre ambos senadores ocurrió el miércoles 27 de agosto, cuando tras negarse la palabra a Moreno, este lo empujó y agredió físicamente. En el enfrentamiento también resultaron afectados la diputada Dolores Padierna y el colaborador Emiliano González.
Reacciones políticas y condenas
- Claudia Sheinbaum calificó la violencia como un acto autoritario.
- El dirigente del PAN, Jorge Romero, condenó los hechos e hizo un llamado a que los debates se mantengan en el ámbito de las ideas, no de los golpes.
- El senador Manuel Añorve acusó a Noroña de victimizarse y de generar violencia desde su papel como presidente de la Mesa Directiva.
Un Congreso dividido
El incidente refleja la profunda polarización política en México. Mientras Noroña exige justicia, el PRI lo acusa de usar el Congreso como escenario de confrontación. La disputa deja al descubierto la fragilidad del diálogo en el Poder Legislativo.
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