Estados Unidos intensifica su cooperación con México mediante un programa de entrenamiento especializado liderado por el FBI y el Departamento de Defensa, cuyo fin es debilitar desde adentro las estructuras logísticas y financieras de los cárteles.
El programa forma células tácticas mexicanas, capacitadas para operar en entornos de alto riesgo y neutralizar a líderes, operadores financieros y sicarios de organizaciones como el Cártel de Sinaloa y el CJNG.
Entrenamiento táctico, forense y financiero: pilares de la estrategia
La capacitación incluye módulos prácticos de alto nivel como:
- Vigilancia encubierta
- Extracción de datos forenses
- Análisis financiero
- Neutralización de operaciones criminales
Estos elementos permiten a los agentes mexicanos detectar y frenar operaciones clave, desde el lavado de dinero hasta el tráfico de fentanilo y delitos violentos como secuestros y homicidios.
Supervivencia, combate y decisiones bajo presión
Los entrenamientos también se centran en la resistencia física y emocional en condiciones extremas:
- Simulacros de enfrentamientos armados
- Técnicas de puntería y reacción inmediata
- Combate cuerpo a cuerpo sin armas
- Atención médica bajo fuego
Cada agente recibe un botiquín táctico y aprende a mantener con vida a heridos en combate hasta la llegada de atención médica profesional.
Expansión regional del FBI: TOC-Oeste en América Latina
El programa TOC-Oeste ha extendido su influencia en la región. Actualmente, el FBI opera seis equipos en América Latina, incluidos dos en México, y planea crear uno más en Panamá.
Se seleccionan nuevas sedes según las amenazas regionales y la disponibilidad de personal, con la intención de fortalecer la capacidad de combate en países clave como Colombia, Guatemala y República Dominicana.
Una amenaza que va más allá del narcotráfico
Los cárteles en México ya no solo trafican drogas. Hoy controlan rutas migratorias, extorsionan industrias, roban combustible y se infiltran en gobiernos locales. Por ello, el combate requiere más que fuerza bruta: exige inteligencia, tecnología y coordinación internacional.