El chofer de la pipa de gas, identificado como Fernando Soto Munguía, de 39 años, murió la noche del martes 16 de septiembre, una semana después del accidente ocurrido en el Puente de la Concordia, Iztapalapa.
Hasta este miércoles, la tragedia ha dejado 19 víctimas mortales y más de 90 heridos.
Víctimas hospitalizadas y casos graves
De los lesionados, 32 personas permanecen hospitalizadas, cinco de ellas en estado crítico. Entre los heridos se encuentra Jaclyn Azulet, una bebé de dos años, trasladada a un hospital en Galveston, Texas, donde su estado fue reportado como crítico estable.
Investigación sobre las causas del accidente
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México informó que la velocidad excesiva del conductor fue un factor clave en el accidente.
Los peritajes confirmaron que no había baches ni obstáculos que provocaran la volcadura, lo que apunta a una responsabilidad directa del chofer.
De acuerdo con la investigación preliminar, la pipa chocó con un objeto sólido, lo que rompió el casquete del vehículo y ocasionó la fuga de gas. También se reveló que Soto Munguía había estado implicado en otros accidentes previos.
La tragedia y sus repercusiones
La explosión del 10 de septiembre ocurrió cuando la pipa de gas LP de la empresa Transportadora Silza, filial del Grupo Tomza, volcó y provocó una fuga masiva.
Las llamas alcanzaron hasta 30 metros de altura, afectando a vehículos particulares, transporte público y peatones en la zona.
Homenaje a las víctimas
En honor a las personas afectadas, un artista urbano pintó un mural dedicado a Alicia Matías, una abuelita que perdió la vida tras salvar a su nieta de la explosión, gesto que la convirtió en símbolo de valentía en medio de la tragedia.