Por: Cortesía

Nacional

De esta manera opera Venser, el consultorio que promete “quitar” la homosexualidad

Organismos internacionales insisten en que este tipo de prácticas ECOSIG son un engaño, ya que las orientaciones sexuales e identidades de género diversas no son una enfermedad y no hay nada que curar

 A finales de junio, Venser realizó un webinar para promocionar un curso en el que el pseudo psicólogo Everardo Martínez, en la imagen, da consejos a padres y madres de personas LGTBI para que cambien la orientación sexual o identidad de género de sus hijos.

El reloj marcaba las 19:00 horas cuando los participantes comenzaron a acceder al webinar que Everardo Martínez impartió por Zoom, titulado “Homosexualidad: una tercera opción”.

En la pantalla apareció sonriente el polémico “psicólogo” mexicano, líder de una clínica llamada Venser en la que realizan falsas promesas, al afirmar que tienen la “cura” para gays, lesbianas o cualquier otro individuo “no heterosexual”.

El consultorio es uno de los centros ECOSIG más activos y peligrosos de México. Aunque se sitúa físicamente en Guadalajara, estado de Jalisco, el taller en línea se transmitió por Internet a nivel nacional, y las personas con invitación pudieron conectarse desde cualquier punto del país.

“Buenas tardes. Yo soy el psicólogo Everardo Martínez. Yo creo que algunos de ustedes me conocen, bienvenidos”, comenzó el pseudo terapeuta.

Nunca antes había realizado un taller en línea. En total, se conectan 76 personas, entre las que se encuentran trabajadores de Venser; pacientes; familias de jóvenes LGTBI y también curiosos.

En los primeros minutos, Everardo batalló para aclarar las cuestiones técnicas del encuentro. Una vez resuelto, explicó que la finalidad de su clínica es tratar a los homosexuales que no quieren serlo y que a menudo se sienten incomprendidos por la sociedad.

“Cuando alguien dice ‘yo me quiero quitar la homosexualidad’ ahí ya no somos empáticos. Estas personas pienso que merecen nuestra empatía, nuestro respeto, nuestro apoyo a su libertad. También ellos lo merecen. Y no deberían ser discriminados o reprimidos”, defiende Martínez.

Para Luis, sobreviviente de la clínica, estas afirmaciones del psicólogo son falsas e hipócritas. Le molesta que Venser mienta descaradamente y se presente como una solución para los homosexuales que no se sienten cómodos con su identidad, porque no es así. Asegura que en este lugar no cuidan la salud mental de sus pacientes, sino que los empujan a través de un único camino: convertirte supuestamente en heterosexuales.

VENSER

“Que no vengan con una falsa bandera de ‘nosotros protegemos a las personas’. ¡No! ¡No sean falsos! Tú lo que quieres es que la familia venga y te pague. [..] Me parece una asociación realmente dañina, con maldad, aunque se sustenten como asociación cristiana. Dicen que ellos ven por las personas que no quieren estar debajo del arcoíris. ¡No! Para eso están los verdaderos profesionales de la salud que no les van a pedir que cambien su orientación sexual”, explica enojado el tapatío, en entrevista con Infobae México.

Luis, que habla bajo anonimato y con un nombre ficticio para proteger su identidad, asistió durante años a las sesiones de Everardo Martínez en Guadalajara. Allí aprendió que las terapias de la clínica son un engaño y que su único fin es lucrar “con el miedo y con la ignorancia, dando falsas esperanzas a las familias y a las víctimas”. Pero además, son extremadamente peligrosas porque destruyen la autoestima de los pacientes y provocan efectos muy graves a la salud mental.

En Venser creen que “la homosexualidad no existe” y que nadie nada LGTBI. Para ellos, esta “condición” es el síntoma de un trastorno mental que surge en la infancia por cinco causas distintas.

El primer factor es que el niño tenga muy buena relación con su madre -o mala, según el caso-. El segundo es que se lleve muy bien con su padre -o no; en realidad depende-. El tercero se refiere a la dinámica familiar, es decir, los vínculos malos y buenos que establezca con sus abuelos, abuelas, tías, tíos, hermanas, hermanos, etc.

El cuarto elemento es la dificultad del infante para interactuar con otros menores de su mismo sexo y edad, a los que llaman “los pares”. Y el quinto y último es haber vivido un trauma sexual. Si concurren durante la niñez tres de estos cinco factores, te conviertes automática e irremediablemente en homosexual, de acuerdo a las divagaciones disparatadas de Venser, que carecen de cualquier sustento científico.

“Es como decir ‘tú eres homosexual porque tuviste muchísimo afecto de tu familia’, ‘tú eres homosexual porque no tuviste afecto de tu familia’. Ser no querido: homosexual. Ser querido: homosexual. La muerte de tu padre: homosexual. La muerte de tu madre: homosexual. La no muerte de tus padres: homosexual. Ok, entonces cualquier situación de tu niñez era la causante de tu homosexualidad”, dice Luis riéndose y mostrando su desconcierto.

Según afirma Martínez en el webinar, para eliminar la homosexualidad es necesario atender estos factores, y modificar las relaciones del joven LGTBI con su entorno. Ahí es cuando, en algunos casos, Everardo anima a los padres y madres de sus pacientes a distanciarse de sus hijos, a controlar sus amistades o manipular las relaciones familiares, prometiéndoles falsamente que si cumplen estas recomendaciones, la homosexualidad desaparecerá.

Se trata de sugerencias extremadamente graves y preocupantes. Si nos ponemos en la piel de una persona que ya está sufriendo rechazo social y familiar por su orientación sexual, no nos costará imaginar lo duro que debe ser que sus seres queridos se alejen aún más. Justo en el momento en que necesita mayor apoyo, aceptación y comprensión, le aíslan de familiares y amigos por las instigaciones del supuesto psicólogo.

A veces, las terapias de conversión provocan este efecto demoledor: dinamitan y destruyen las relaciones familiares. Y para muestra, la recomendación que Everardo Martínez realizó en el taller, donde exhortó a los padres que estaban viendo la charla que no compartieran el webinar con sus hijos LGTBI+. Según él, es mejor no revelarles los cambios que los progenitores llevarán a cabo para “quitarle” al joven el sentimiento homosexual.

“¿Por qué yo sugiero no mandar esta charla a su hijo o a su hija que tiene atracción no heterosexual? Porque lo va a poner sobre aviso de los cambios que hará usted posteriormente. Tal vez usted pueda pensar, ‘si le acerco esta charla, quizás lo pueda convencer, lo pueda disuadir’. Puede ser, pero en mi experiencia las posibilidades son muy pocas, menos del 1%. [...] Así que yo no querría que arriesgáramos lo más por menos. Si usted me responde, entonces, ¿cuándo va a tomar la consulta o cómo le voy a convencer? Más adelante. La respuesta es más adelante”, expresó.

Sus declaraciones evidencian que las sesiones de Venser no se dirigen exclusivamente a homosexuales que se sienten incómodos con su orientación sexual, sino también, a aquellos que aceptan su diversidad pero sufren rechazo y presiones por parte de su entorno familiar.

“Si tu hijo o tu hija no está buscando ayuda, lo más seguro es que lo vea como un reto, como un pleito, como una cuestión de debate, y no va a recibir la información como nosotros queremos que la reciba”, apuntó.

En su opinión, es mejor que los padres realicen todo el proceso a escondidas, sin hacer partícipes a sus hijos. Lo que calla Everardo Martínez es que tanto secretismo deteriora el vínculo familiar y pone en riesgo la salud mental de los jóvenes.

Según la investigación Supportive Families, Healthy Children (Familias que apoyan, niños sanos), publicada por la Universidad Estatal de San Francisco en 2009, los adolescentes LGTBI que sufrieron rechazo familiar son 8.4 veces más propensos al suicidio; 5.9 veces más tendentes a la depresión y 3.4 veces más propensos al consumo de drogas.

Por esto, la aceptación familiar es fundamental. Sin embargo, el centro de Everardo Martínez continúa promocionando en 2021 talleres, actividades y servicios que lucran con el desconocimiento y la preocupación de los padres.

 

Un curso para “quitar” la homosexualidad

Unos 20 minutos después de que iniciara el taller, el pseudo psicólogo reveló la verdadera intención del encuentro: quiere publicitar un curso en línea que creó para enseñar a las madres de personas LGTBI a eliminar supuestamente la homosexualidad de sus hijos.

“Diseñamos un curso en donde estoy yo en lo personal hablando de cada uno de los factores [que causan el AMS]. Los explico a detalle, y dejo indicaciones para cada paso”, indicó.

El curso se denomina “Homosexualidad: una ruta de acción para madres”. Dura cuatro horas y tiene un precio de 479 pesos. Lamentablemente en Jalisco no existe ninguna ley que prohíba los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG) y, aunque la hubiera, no impediría que se impartan este tipo de actividades a padres y madres que rechazan a sus hijos LGTBI+.

En opinión de Luis, con esta estrategia innovadora, Venser estaría intentando diversificar sus servicios para buscar nuevos clientes y evitar su desaparición, antes de que se aprueben en el Congreso de Jalisco o a nivel federal las iniciativas de ley para prohibir las terapias de conversión.

“Mira cómo ve el sapo la pedrada. Cada vez el mercado de personas que quieren cambiar es menor, esa es la realidad de las cosas, y queda el de personas que dicen ‘ay, no quiero que mi hijo sea gay’, por los prejuicios que tienen. Ahora, como ve que las terapias de conversión van a estar prohibidas, pues se va a dedicar a dar este tipo de cursos. ¿Cómo se pueden prohibir? Pues no se puede. No se puede prohibir un curso para decirle a una madre cómo hacer para que su hijo no sea gay”, expresó el joven tapatío.

En los minutos finales del taller los participantes le preguntaron a Everardo Martínez hasta en tres ocasiones a cuántos homosexuales había cambiado, pero él no dio ninguna cifra o porcentaje. Se limitó a decir que su método se divide en tres etapas: eliminar la conducta homosexual -refiriéndose al coito y a las relaciones íntimas-; eliminar el sentimiento homosexual -esto es, la atracción hacia personas del mismo sexo-; y por último, desarrollar la heterosexualidad del paciente, junto con la masculinidad o la feminidad, según corresponda.

“Desde nuestra perspectiva tú eres heterosexual. Tú este sentimiento [homosexual] lo adquiriste o lo desarrollaste por factores que pasaron en tu infancia. Así que el que tú desarrolles tu atracción heterosexual es tan difícil como enseñarle a volar a un ave o a nadar a un pez”, dijo el pseudo psicólogo.

Luis sabe de primera mano que todas esas afirmaciones son burdas mentiras. El asistió durante años a las sesiones de Everardo Martínez y nunca dejó de sentirse atraído por los hombres. Ahora entiende que luchar contra la sexualidad es un sinsentido.

“Es ir contra natura y lo digo con todas sus letras”, dijo tajante el sobreviviente de Venser.

El jalisciense comprende que hay personas que pueden sentirse incómodas con su diversidad, pero a ellas les pide que asistan a terapia con profesionales reales, que nunca les van a pedir que cambien su orientación sexual.

“Los esfuerzos son y deben ser aceptarte a ti mismo, y no es un camino fácil. Tal vez erróneamente los medios o la cultura en general nos han hecho creer que últimamente salir del closet y aceptarnos es sumamente sencillo, más no lo es. En muchas ocasiones es un camino de años, que puede llevarte toda una vida. Pero una asociación que se dedica a cambiar a las personas hacia la heterosexualidad en sí es una falacia porque eso no existe. No lo digo yo; lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo dice la APA, la ONU... ”.

Luis destaca que la falta de evidencia científica de Venser se refleja en los supuestos casos de éxito de los que se enorgullece este ECOSIG.

“Si tú ves sus casos de éxito te dicen, ‘yo sigo luchando cada día’. Y yo, ‘¿cómo? O sea, ¿sigues luchando después de 40 años contra tu homosexualidad? ¡Qué triste! Qué triste que todos los días te levantes y sigas luchando contra tu instinto homosexual, entonces no te curaste nunca. Tu naturaleza sigue ahí, te sigues reprimiendo que es distinto, pero no te curaste ni aquí ni en China’”, agregó.

 

Jalisco: la fiesta de los ECOSIG

Hasta ahora todo en este capítulo parece surrealista. Sin embargo, Venser es real; existe, se ubica en Jalisco y opera a sus anchas escudándose en que los pacientes acuden allí de forma supuestamente voluntaria. Y así Everardo Martínez sigue colmando sus bolsillos y aprovechándose de familias a las que promete una fórmula mágica de heterosexualidad que no existe.

El hecho de que la clínica venda humo no es el único problema. Lo peor es que el consultorio no tiene nada que aportar a su público objetivo, es decir, a quienes no se sienten cómodos con su orientación sexual. En este sentido Luis da en el clavo al recalcar que a Everardo Martínez y a su equipo no les interesa entender por qué el paciente se siente de esa manera.

“La verdadera pregunta es: ¿por qué esas personas no quieren ser homosexuales? Te aseguro que si analizamos cada uno de los casos va a haber ahí un trasfondo que si lo deshilachamos va a verse que es por culpa, por presión social, por falta de aceptación...”.

El manual “Nada que Curar”, elaborado por la facultad de psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la asociación Yaaj México y el Consejo para Prevenir la Discriminación de la CDMX (COPRED), recuerda que en 1986 la Asociación Americana de Psiquiatría sacó a la homosexualidad del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DMS, por sus siglas en inglés). Poco después, en 1990, la OMS también la retiró del listado de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). Es decir, hace más de tres décadas que no se considera una patología mental.

En la guía, además, recalcan que se desconocen cuáles son las causas que provocan una orientación sexual o identidad de género determinada, ya que no hay un consenso científico. Además, aclaran que esto no es relevante para la práctica de la psicología y la psiquiatría, ya que la homosexualidad no es una enfermedad.

“Si una persona siente incomodidad con su orientación sexual, la o el profesional de la salud mental debe enfocarse en los prejuicios y la discriminación que le orillan a rechazar su vivencia, más que en confundirla, haciéndole pensar que su orientación sexual está mal y que puede cambiar”.

Cualquier intento de modificar la orientación sexual alude a un desconocimiento científico de las y los profesionales de la salud que deja en duda su competencia profesional y ética”, agrega en otro párrafo.

A pesar de las pautas emitidas por estos organismos, Everardo Martínez continúa en pleno 2021 hablando de factores que provocan la homosexualidad, y martillea con estas ideas falsas a padres de familia y víctimas, pateando los principios de la psicología. Todo esto, mientras mantiene su cédula profesional y continúa expandiendo sus servicios por Internet, a través de talleres y cursos; concediendo asesorías; promocionándose en espacios de televisión y aliándose con otros ECOSIG para captar clientes potenciales.

Como al final todo parece quedar “en familia”, Venser no solo forjó una alianza extraña con el grupo católico Courage Latino, sino que también hizo manitas en 2017 con el Frente Nacional por la Familia, cuando Juan Jacobo Dabdoub era líder de la organización. Durante una rueda de prensa, invitaron a Everardo Martínez a promocionar la clínica.

Uno de los fundamentos del Frente Nacional por la Familia es evitar que avancen los derechos de la comunidad LGTBI+. El grupo está a su vez apoyado por el Partido Acción Nacional (PAN) y por el Partido Encuentro Solidario (PES), que perdió su registro en los comicios del pasado 6 junio.

Pero además, en Jalisco, cuna de los ECOSIG, operan otros grupos, como por ejemplo, Valora Conciencia en los Medios. Aunque esta organización afirma ser laica, está conformada por personas católicas y ofrece asesorías para sanar a integrantes de la comunidad LGTBI.

Tanto Valora como Courage Latino habrían recibido financiación pública en el pasado por parte del gobierno de Jalisco, concretamente, bajo el mandato del gobernador panista Emilio González Márquez, el mismo que declaró en 2010 que le daban “asquito” los matrimonios homosexuales.

En charla con Infobae México, Andrés Treviño, Director de Diversidad Sexual del ejecutivo actual de la entidad, confirmó esta información. Sin embargo, aclaró que los apoyos se entregaron porque estas organizaciones maquillaban sus proyectos a través de narrativas en las que no se identificaba el verdadero objetivo del grupo.

“Sí hubo una transmisión de dinero por parte del gobierno hacia este lugar, pero es importante precisar que era bajo un programa de apoyo a las organizaciones civiles. Muy probablemente estos lugares presentaban proyectos con ciertas narrativas en donde no era evidente la situación y resultaban beneficiados. Sí creo que cuando eres dictaminador y vas a dar una transmisión económica hay que tener claridad de quiénes son las personas a las que estamos beneficiando, pero no era así como un programa de gobierno destinado a los ECOSIG”, apuntó Treviño.

Más allá de los grandes grupos, existe en Jalisco un centro de rehabilitación de Alcohólicos Anónimos que habría privado de su libertad a dos personas LGTBI en 2021. El lugar se ubica en La Estanzuela, en el municipio de Teuchitlán. Sus responsables presuntamente no solicitaron el informe toxicológico que se requiere antes de internar a cualquier paciente en este tipo de instalaciones.

 

Vivir después de un ECOSIG

Llegó un momento en que Luis se quebró.

Aunque él intentaba convencerse de que las sesiones no le afectaban, el rechazo constante que sufría por parte de su entorno, de su religión, del pseudo terapeuta, fue haciendo mella hasta que quedó atrapado en una depresión.

“Quedaron muchas heridas durante bastante tiempo, entre ellas, pues la ansiedad, el abuso de sustancias... Cosas que tuve que aceptar y reconocer y que me tardé muchos años”.

Por suerte, entendió que necesitaba ayuda psiquiátrica, pero esta vez, de un verdadero profesional; la voz de una persona que le mostrara su aceptación sin juzgarle.

“Decidí tratarme con personas profesionales para sanar. Acepté ayuda profesional, hice un verdadero proceso de terapia y entendí qué es lo que había pasado en mi vida. Acepté un proceso de acompañamiento psiquiátrico porque obviamente eso me afectó en maneras que yo ni siquiera esperaba y entendí que mi familia no lo hizo para dañarme, sino porque me aman”.

El Congreso de Jalisco, inexplicablemente mantiene congelada una iniciativa legislativa para prohibir las mal llamadas terapias de conversión. Para Luis, esta inacción se debe a la falta de voluntad política a la hora de proteger los derechos humanos de la comunidad LGTBI.

Como enfatizó al principio de la entrevista, hoy día es una persona mucho más feliz. Comparte su vida con el hombre al que ama, forma parte de una Iglesia católica incluyente y mantiene una buena relación con su familia.

“Actualmente estoy casado con un hombre maravilloso, recuperé mi relación con Dios, con la religión, soy activista incluso católico. En el Estado de México y en la Ciudad de México ya se prohibieron [las terapias de conversión] y en Jalisco existe una iniciativa al respecto. Esperemos que pronto, antes de lo que esperamos, queden prohibidas”.

 

Temas relacionados: