A tres años del feminicidio de Abigail Hay Urrutia, ocurrido el 19 de agosto de 2022, su familia sigue denunciando la impunidad, el hostigamiento y la indiferencia de las autoridades, que no han garantizado el acceso a la verdad ni la reparación del daño.
Abigail murió en los separos municipales de Oaxaca tras ser detenida de manera arbitraria, luego de una discusión con el padre de su hijo menor, identificado como Kleiver E.H.
Versiones oficiales cuestionadas
En un inicio, autoridades municipales hicieron creer a su padre, José Luis Hay, que se trataba de un suicidio. Sin embargo, tras la presión social, la Fiscalía de Oaxaca abrió la investigación bajo el protocolo de feminicidio.
Pese a ello, los responsables siguen libres. Su agresor continúa hostigando a la familia y los dos policías municipales señalados como responsables permanecen en funciones dentro de la corporación.
Denuncia de la familia y organizaciones
“Hay una persona muerta, mi hija; los criminales andan libres y los juzgadores burlándose de la justicia”, expresó el padre de Abigail en conferencia de prensa realizada en el zócalo de Oaxaca.
Organizaciones feministas como Consorcio Oaxaca denunciaron que el caso es reflejo de un patrón de omisiones institucionales en los feminicidios del estado. Señalaron que se requieren procesos judiciales con perspectiva de género y derechos humanos.
Impacto en los hijos de Abigail
La familia pidió al Poder Judicial de Oaxaca que tome en cuenta la situación de los dos hijos menores de Abigail, quienes quedaron en orfandad. Denunciaron que el hijo más pequeño enfrenta condiciones adversas de custodia y convivencia, obligándolo a trasladarse a Salina Cruz sin medidas de protección.
Justicia pendiente
El caso de Abigail se ha convertido en símbolo de la violencia institucional en Oaxaca. La familia y colectivos exigieron a las autoridades estatales y federales que no dejen el caso en el olvido.
“No basta con discursos, exigimos hechos. Queremos justicia para Abigail, protección para sus hijos y castigo para los responsables”, reiteró su padre.
Tres años después, la exigencia sigue siendo la misma: verdad, justicia y fin a la impunidad.