La violencia volvió a sacudir al municipio de Acatzingo, Puebla, donde dos hombres fueron asesinados en hechos distintos pero con un mismo patrón: ataques directos perpetrados por sujetos armados. Ambos crímenes ocurrieron durante el martes 5 de agosto de 2025, con menos de 24 horas de diferencia.
Primer ataque en Guadalupe Morelos
El primer homicidio se registró en la comunidad de Guadalupe Morelos, donde un joven de 25 años de edad fue abatido en plena vía pública por un agresor que, tras dispararle, escapó a bordo de un vehículo. Hasta el momento se desconoce el móvil del crimen y la identidad del responsable.
Segundo ataque en San Sebastián Teteles
Horas más tarde, la comunidad de San Sebastián Teteles fue escenario de otro ataque armado. Juan Manuel “N”, de 35 años, caminaba por la calle Emiliano Zapata cuando fue interceptado por hombres armados a bordo de una camioneta sin placas. Le dispararon al menos en dos ocasiones, provocándole heridas graves en el tórax, espalda y frente.
Aunque familiares lo trasladaron con vida al Hospital Integral de Acatzingo, falleció minutos después de su ingreso.
Otra víctima quedó sin identificar
En ese mismo ataque, un segundo hombre de entre 25 y 30 años fue asesinado en el lugar. Su cuerpo, con múltiples impactos de bala, quedó tendido en la calle y permanece en calidad de desconocido. En la escena, peritos hallaron 11 casquillos percutidos, correspondientes a armas calibre .40 y 9 mm.
Presumen ajuste de cuentas; Fiscalía investiga
Aunque las autoridades no han confirmado el móvil, fuentes extraoficiales sugieren que podría tratarse de un ajuste de cuentas entre grupos criminales que operan en la región. La Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) ya abrió las carpetas de investigación correspondientes para esclarecer los hechos.
Crece la tensión en la zona
Los habitantes de Teteles y Guadalupe Morelos viven en medio de la incertidumbre. Vecinos temen que los ataques continúen y señalan que la presencia de grupos delictivos ha aumentado en los últimos meses, sin que haya una respuesta contundente de las autoridades.
En ambas comunidades, la tensión persiste como una sombra silenciosa que sigue marcando las calles donde la violencia ya dejó huella.
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