La espiral de violencia en Puebla continúa. La mañana del jueves 3 de julio, autoridades localizaron restos humanos embolsados a un costado de la carretera federal El Seco–Azumbilla, a la altura de La Pozilla, en la localidad de Azumbilla, municipio de Nicolás Bravo, al sur del estado.
Ciudadanos alertaron a las autoridades
Automovilistas y transeúntes que pasaban por la zona reportaron la presencia de bolsas negras de basura abandonadas, lo que provocó la movilización inmediata de corporaciones policiales municipales, estatales y federales.
Tras la inspección, se confirmó que las bolsas contenían restos humanos. La zona fue acordonada en espera del arribo de peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) para realizar las diligencias correspondientes.
¿Una víctima o múltiples cadáveres?
Aunque versiones iniciales apuntaban al hallazgo de hasta ocho cuerpos desmembrados, la FGE informó que, hasta el momento, los restos corresponderían solo a una persona. Sin embargo, no se ha precisado si se trata de un hombre o una mujer, ni la identidad de la víctima.
El hallazgo genera incertidumbre en la población, ya que se suma a una serie de hechos violentos recientes en el estado.
Escalada de violencia en Puebla
Este nuevo hecho ocurre en un contexto marcado por el incremento de crímenes violentos. Tan solo el lunes pasado fueron encontrados:
- Un cuerpo dentro de un vehículo con artefactos explosivos en Coronango
- Cuatro cadáveres más en Tecali de Herrera y la capital poblana
Según datos de la organización Causa en Común, Puebla ocupa el tercer lugar nacional en hechos delictivos de alto impacto en el primer trimestre del año, solo por debajo de Sinaloa y Guanajuato.
Autoridades mantienen vigilancia en la zona
La carretera El Seco–Azumbilla permanece bajo vigilancia mientras las autoridades concluyen las investigaciones. La ciudadanía exige respuestas claras y acciones contundentes ante la creciente inseguridad en la región.
Este nuevo caso refuerza la necesidad urgente de reforzar la seguridad en las zonas limítrofes de Puebla con Veracruz, donde el crimen organizado ha mostrado creciente presencia.
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