Hakuna Matata, una forma que no debería ser

Por: Cortesía

El Rey León se proyectó por primera vez el 15 de junio de 1994 y resultó una producción cinematográfica con un gran impacto social y cultural alrededor del mundo. Consolidándose como un clásico en las historias de Disney que trascendió en la vida de niños y jóvenes de la década de los 90´s.

Tiempo después Disney ha apostado por nuevas maneras de recrear sus clásicos. El live action del Rey León llegó a México el 19 de junio y, después de 25 años del estreno, podemos mirar la historia con otros ojos. La película, a pesar de estar dirigida principalmente a un público infantil, desarrolla una historia llena de referencias literarias, históricas y filosóficas que probablemente un pequeño no entienda; es por ello que el estreno del live action reunió en las salas de cine una gran cantidad de jóvenes adultos conmovidos por la recreación cinematográfica de una historia que forjó el carácter de muchos gracias a las enseñanzas de la película.

La producción del live action otorgó fidelidad en la historia del clásico, ya que se encuentran los principales matices y características que lo hacen un filme inolvidable. El Rey León contiene una línea narrativa llena de equivalencias con los elementos dramáticos de la tragedia de Hamlet de Shakespeare.  

Al inicio de la trama se puede identificar la relación fría y la constante rivalidad entre Mufasa y Scar por el poder en el reino. Esta escena es la referencia a la traición entre hermanos del rey Hamlet y Claudius, y conforma el evento que determina toda la naturaleza de la historia del príncipe Hamlet y de Simba.

Otro rasgo alusivo es la importancia de la presencia femenina en la vida del protagonista, Nala y Ofelia juegan un papel importante en el desarrollo de la historia, ambas comparten características similares, que son el romance y la compañía del protagonista; sin embargo, Ofelia durante la trama sufre un destino infausto, de manera contraria a Nala quien representa la amiga y compañera de aventuras de Simba, en esta interpretación de Disney, la cual no es de tragedia sino de compañerismo, valentía y lealtad.

Dentro de la película se ven proyectadas algunas máximas de diversas escuelas filosóficas y de valores morales de las cuales los personajes sirven de representación o metáfora, de esta manera, resulta claro que el desenvolvimiento de sus acciones y su comportamiento tiene la intención de manifestar un “deber ser” dentro de la historia mediante sus personalidades.  

Un ejemplo se ve expuesto en los personajes de Timón y Pumba y la escuela del epicureísmo, tradición filosófica- ética posterior al pensamiento aristotélico, la cual estableció en sus principios morales la constante búsqueda de la autarquía individual mediante el goce del placer de los hombres. Timón y Pumba y los epicúreos direccionaron el sentido de la vida en la felicidad que se obtenía a través de evitar todo tipo de dolor, ansiedad y preocupación. El epicureísmo buscó desproveer al ser humano de la inserción en la vida pública.

Este contenido filosófico se representa en una de las escenas más icónicas de la película: Timón y Pumba, cuando encuentran a Simba, explican de alguna manera esta carga filosófica con una de las canciones que el público más recuerda: “Hakuna Matata, una forma de ser, Hakuna Matata, nada que temer, sin preocuparse es como hay que vivir… ”. Simba es educado con el pensamiento de los epicúreos, representado en el estilo de vida de Timón y Pumba  y a lo largo de su compañía exponen las máximas morales de la utilidad material y la despreocupación de una vida en común con los demás hombres. Es decir, la vida como una línea recta que no toca la vida de los demás basada solamente en el alcance de la felicidad individual. También debemos recordar que esta escuela filosófica junto con otras llevó al ocaso a la Ciudad – Estado en la Antigua Grecia.

Por otra parte se encuentra dentro de la película otro discurso filosófico que rige el inicio y final de la historia. Las lecciones de Mufasa a Simba representan el respeto por el ciclo de la vida, el ciclo sin fin, donde cada uno de los integrantes debe tomar su rol para convivir en un espacio común y buscar el bienestar de todos mediante nuestras acciones responsables. Mufasa explica a Simba el respeto por la vida de cada uno de los integrantes del reino, de esta manera se mantiene un equilibrio natural, es decir, todos conformamos, desde nuestras trincheras, una cadena que no termina con la muerte. Esto concuerda en gran medida con la filosofía moral que desarrolló Adam Smith en la teoría de los sentimientos morales.

Cuando Simba está a punto de alcanzar la madurez Nala le encuentra y después de breves acontecimientos de la película le recuerda la filosofía que le enseñó su padre y que Simba se obstinaba en olvidar.

Pero ¿Qué discurso filosófico vence al final? la respuesta está proyectada en la que, a mi consideración, es la lección más importante que nos brinda  la película, la cual se desarrolla en la escena en la que participan Simba y Rafiki. En medio de la confusión de Simba, éste aprende con ayuda de Rafiki, que huir de los problemas no resuelve nada, que el pasado y sus errores son una enseñanza para el futuro y que las decisiones que tomamos producen efectos de los cuales nos debemos hacer responsables. Es así como Simba comprende que la vida no es una línea recta, tal como le habían hecho creer Timón y Pumba, sino que es un gran ciclo en el que todos tienen cabida y que la felicidad radica en hallar tu lugar y tu legado dentro de este ciclo para estar bien con uno mismo y con los demás.

Con la remembranza  de esta película gran parte del público que la disfrutamos hoy en día, de nueva cuenta, podemos voltear la mirada a un tiempo atrás cuando nuestros infantiles ojos se fascinaban al ver la alegría y simpatía de Timón y Pumba, dos personajes que resultan sumamente atractivos por su entusiasmo y carisma. Ahora nos damos cuenta, 25 años después, que quizás el mensaje fue mal interpretado, sea por las razonas que fueren, y hoy vemos a una gran cantidad de jóvenes viviendo sus vidas y llevando por lema Hakuna Matata; sin embargo este discurso no representa la verdadera reflexión de la película. Tal vez esto sea un recordatorio, a manera de como lo hacía Rafiki en la película, de que ahora los jóvenes que nos encontramos alcanzando nuestra madurez, tal como lo hizo Simba, hagamos una verdadera reflexión y comprendamos que existen las responsabilidades, también los errores, los momentos buenos y malos, y que tenemos decisiones por tomar, para lograr ser mejores personas y asegurarnos de que este ciclo en verdad no tenga fin.

 

Por: Cortesía

Columnistas

Por: Cortesía

Columnistas