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¿Tu perro odia el baño? Esto dice la ciencia sobre cómo lo vive

Bañar a un perro es parte del cuidado básico en casa, pero ¿te has preguntado cómo lo percibe tu mascota? Según la ciencia veterinaria y estudios especializados en comportamiento canino, el baño puede ser una experiencia altamente estresante para muchos perros.

Un estudio publicado en la Revista Brasileira de Zootecnia reveló que durante el acicalamiento, especialmente en las etapas de baño y secado, los perros presentan un aumento en su frecuencia cardíaca y respiratoria, lo que indica un alto nivel de tensión.

Incluso antes de entrar al baño, muchos perros ya llegan anticipando el malestar, lo que demuestra que su memoria emocional juega un papel importante en su reacción.

Factores que provocan estrés en los perros al bañarse

Los principales detonantes de incomodidad durante el baño incluyen:

  • Ruidos fuertes, como el agua corriendo o el secador.
  • Superficies resbalosas, que les generan inseguridad.
  • Pérdida del olor natural, clave para su identidad.
  • Manejo físico excesivo, que los hace sentirse inmovilizados o amenazados.

Señales de que tu perro está estresado durante el baño

Tu perro no puede decirte con palabras cómo se siente, pero sí puede expresarlo con su cuerpo y conducta. Observa si presenta:

  • Temblor corporal
  • Respiración acelerada o jadeo excesivo
  • Intentos de huir, esconderse o resistirse
  • Lamerse los labios constantemente
  • Bostezos inusuales
  • Orejas hacia atrás, cola entre las patas o mirada esquiva

Estas son señales claras de que el baño le resulta una experiencia desagradable.

Consejos para hacer del baño una experiencia menos estresante

Expertos veterinarios recomiendan seguir estas estrategias para reducir el miedo y mejorar la rutina de baño:

  • Familiarización previa: deja que explore el espacio antes de usar agua o shampoo.
  • Ambiente seguro: agua tibia, sin ruidos fuertes y una alfombra antideslizante ayudan mucho.
  • Manejo amable: evita sujetarlo bruscamente, háblale con calma y mantén un ritmo constante.
  • Recompensas: usa premios o caricias para que asocie el baño con algo positivo.
  • Productos adecuados: usa solo shampoo especial para perros.

Si el miedo es extremo, consulta a un veterinario etólogo o acude a una peluquería canina profesional que sepa manejar casos de alto estrés.

Bañar a tu perro no tiene que ser una batalla. Con un enfoque paciente, ambiente adecuado y refuerzo positivo, puedes convertir esta rutina en un momento más tranquilo para ambos.

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