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Salir a correr, el mejor analgésico para afrontar la pandemia

Dado que la pandemia del COVID-19 y la crisis económica han provocado que los niveles de ansiedad de la mayoría de las personas estén por los cielos, cuando alguien corre o practica cualquier ejercicio aeróbico y en especial al aire libre, será lo más cercano que se tiene a una panacea de la salud mental. 

Conforme las competencias fueron canceladas una tras otra y los equipos, ya sea de carrera, triatlón o de cualquier tipo, fueron separados por el distanciamiento social, salir a correr y ejercitarse de manera regular es más importante que nunca. El ejercicio es esa gran “píldora mágica” que muchos necesitan ahora. 

Según un artículo de la especialista Molly Hanson, múltiples estudios han demostrado que correr y otras formas de ejercicio aeróbico tienen habilidades muy profundas para reducir los niveles de ansiedad. Por ejemplo, un estudio en 2012 realizado por la Universidad de Maryland demostró cómo el ejercicio aeróbico moderado no solo ayuda a las personas a relajarse en el momento, sino a lidiar con la ansiedad y el estrés durante un período prolongado aún después del entrenamiento. 

Hanson señala que los investigadores encontraron que los participantes eran menos propensos a sentirse perturbados por las imágenes emocionalmente excitantes a las que estaban expuestos después de rodar en bicicleta durante 30 minutos que cuando simplemente descansaban. 

El rol del ejercicio aeróbico juega un papel importante dado que ayuda a las personas a manejar mejor los factores estresantes diarios de la vida común. He aquí “la ciencia detrás de la carrera” y cómo cuando alguien corre se “altera” de manera especial la mente para reducir significativamente los niveles de ansiedad y los hace sentir más fuertes en momentos de estrés. 

ÉSTE ES TU CEREBRO AL CORRER 

Una de las razones del efecto terapéutico de correr o hacer ejercicio aeróbico, es el “cocktail de neuroquímicos zenning” que libera. Esto incluye esos opiáceos suaves sensacionalistas: las endorfinas, que resultan en el fenómeno de euforia del corredor. 

Corriendo felices 

“Son como un analgésico, por lo que te harán sentir un poco mejor”, dice Aimee Daramus, Psy.D., una psicoterapeuta con sede en Chicago, refiriéndose a las endorfinas. También señala que la adrenalina liberada por una carrera provoca en el corredor una mayor sensación de fuerza y velocidad, lo cual puede ser relajante.  

Además, al aumentar tu frecuencia cardiaca, correr puede cambiar la química del cerebro al aumentar la disponibilidad de otros neurotransmisores anti-ansiedad como, por ejemplo, la serotonina, el ácido gamma aminobutírico (GABA), el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), y los niveles de endocannabinoides sustancias que se adhieren a los mismos receptores neurológicos como THC, produciendo el alto efecto calmante que se obtiene al consumir cannabis. 

David Raichlen, Ph.D., profesor de ciencias biológicas en la Universidad del Sur de California, quien ha estudiado los efectos del ejercicio en el sistema endocannabinoide, piensa que hay dos posibles explicaciones de porque correr aumenta los niveles de endocannabinoides.  

Una es que la liberación de endocannabinoides y endorfinas durante el ejercicio aeróbico podría adaptarse al ejercicio de larga distancia porque actúan como analgésicos. Los efectos positivos en el estado de ánimo de eso pueden ser simplemente un feliz accidente. Y segundo y al mismo tiempo, piensa que sentirse bien podría ser el objetivo final, una acción neuroquímica que puede haber evolucionado para motivar a nuestros antepasados a participar en actividades aeróbicas cuando tenían que buscar su propio alimento. 

 

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