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Los cubrebocas también han frenado la influenza y otras enfermedades, pero hay un detalle...

El uso de cubrebocas, así como la "sana distancia" y lavado constate de manos con jabón, son las principales medidas de salubridad que gobiernos y sociedades han implementado contra la pandemia de coronavirs. Sin embargo, la utilización de mascarillas también podría tener una desventaja, advierten científicos.

Si bien se considera que estas acciones han reducido la incidencia de enfermedades como la influenza o el virus sincitial respiratorio (VSR), puede ser un aplazamiento de brotes futuros puesto que estas medidas alteran el sistema inmune, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Princeton.

“Recientemente se han observado disminuciones en el número de casos de varios patógenos respiratorios en muchos lugares del mundo”, dijo Rachel Baker, investigadora asociada del Instituto Ambiental High Meadows (HMEI) de la Universidad de Princeton y una de los autores del estudio.

“Si bien esta reducción de casos podría interpretarse como un efecto secundario positivo de la prevención de COVID-19, la realidad es mucho más compleja”, alertó Baker. “Nuestros resultados sugieren que la susceptibilidad a estas otras enfermedades, como el VSR y la gripe, podría aumentar”.

“Aunque la trayectoria detallada tanto del VSR como de la influenza en los próximos años será compleja, existen tendencias claras y generales que surgen cuando uno se enfoca en algunos efectos esenciales de las intervenciones no farmacéuticas (NPI, por sus siglas en inglés) y la estacionalidad en la dinámica de la enfermedad”, dijo el coautor Gabriel Vecchi, Princeton profesor de geociencias y del High Meadows Environmental Institute.

Los investigadores utilizaron un modelo epidemiológico basado en datos históricos de RSV y observaciones de la reciente disminución de los casos de RSV para examinar el posible impacto de COVID-19 NPI en futuros brotes de RSV en los Estados Unidos y México.

Descubrieron que incluso períodos relativamente cortos de NPI podrían conducir a grandes brotes futuros de RSV y prevén que los casos máximos se produzcan en muchos lugares en el invierno de 2021-22. “Es muy importante prepararse para este posible riesgo futuro de brote y prestar atención a la gama completa de infecciones afectadas por COVID-19 NPI”, dijo Baker.

Los científicos también consideraron las implicaciones de las NPI de COVID-19 para los brotes de influenza estacional y encontraron resultados cualitativamente similares a los del VSR. Sin embargo, reconocieron que la dinámica de la influenza es mucho más difícil de proyectar debido a la evolución viral.