Por: Cortesía

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¿Cómo saber si mi cerveza está quemada?

Si eres consumidor de las bebidas alcohólicas, seguramente alguna vez escuchaste la frase de que la “cerveza está quemada”, pero ¿cómo saber que en realidad lo está?

Bueno pues decir que una cerveza se quemó, se refiere al momento en que dejas calentar esta bebida y luego la vuelves a meter al refrigerador o la hielera con el objetivo de tomarla bien fría.

No obstante, una vez que se calentó y después la vuelves a enfriar, este proceso hará que su sabor cambie y que pueda volverse mucho más amarga de lo que debería ser o que tenga un sabor extraño.

Una cerveza amarga es una de las sensaciones más desagradables cuando tomas esta bebida para ponerle fin a la llamada ‘sed de la mala’, pues no es un sabor que pueda disfrutarse como lo sería una recién destapada.

¿La cerveza en verdad se quema?

Sin embargo, algo importante que debes de saber es que una cerveza nunca se quema, por lo que esto es una simple expresión muy común que utilizan los mexicanos.

De acuerdo con la asociación Cerveceros de México, ex Cámara Nacional de la Cerveza, la cerveza quemada a causa del cambio de temperatura es sólo un mito.

Estas bebidas pasan por una fase de pasteurización, es decir, el proceso térmico que da muerte a las bacterias e impiden el crecimiento de la levadura después de que la bebida ha sido embotellada.

Debido a esto el cambio de temperatura no influye en el estado de la 'chela' y mucho menos en su sabor.

Lo que en realidad sucede es que la cerveza adquiere un sabor amargo por su alta exposición a la luz, a la cual se le conoce como ‘azorrille’.

Dicho término indica que la bebida tuvo contacto con una fuente de luz intensa, misma que generó un aumento de lúpulo llamado ‘isohumulona’, lo que vuelve a tu querida cerveza rancia, amarga y pierde su frescura.

Para evitar que una cerveza se queme se recomienda no exponerla al Sol, mantenerla fría y beberla rápido.

 

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