La carne de cerdo es rica en proteínas de alto valor biológico, minerales como hierro y zinc y vitaminas del grupo B. Entre sus aportes destacan:
- Proteínas completas: necesarias para reparar tejidos y producir enzimas y hormonas.
- Hierro y zinc: fortalecen el sistema inmune y previenen anemia.
- Vitaminas B1, B3, B6 y B12: aportan energía y favorecen el funcionamiento del sistema nervioso.
- Potasio y fósforo: apoyan la salud ósea y cardiovascular.
Los cortes magros de cerdo pueden tener un perfil nutricional similar al pollo o pescado, siempre que se eviten frituras o exceso de grasa añadida.
Cantidad recomendada según Profeco
Profeco sugiere consumir cortes magros como lomo o pierna, moderando la ingesta a:
- 2 a 3 porciones semanales
- 90 a 120 gramos por comida
El problema no es la carne en sí, sino la cantidad y preparación. Evita tacos fritos o chicharrón prensado; prefiere preparaciones asadas o al vapor para mantener su valor nutricional.
Carne de puerco: roja o blanca
En México se clasifica como carne roja, pero científicamente se considera roja clara, con menos mioglobina que la res pero más que el pollo.
- Cortes magros: bajos en grasa saturada, aptos para una dieta saludable.
- Cortes procesados: longaniza o tocino, consumidos frecuentemente, aumentan riesgo cardiovascular.
Consejos de Profeco para elegir y conservar la carne de puerco
- Verifica color rosado brillante y textura firme.
- Evita piezas refrigeradas por más de una semana.
- Revisa fecha de caducidad y mantén la cadena de frío.
- Congela si no se consumirá de inmediato para evitar intoxicaciones.
La carne de puerco es versátil y nutritiva. La clave está en cortes magros, porciones moderadas y acompañamiento balanceado. Con estas pautas, puede integrarse de manera saludable en tu dieta.