En muchas culturas persiste la creencia de que beber alcohol durante la lactancia puede beneficiar tanto a la madre como al bebé, incluso aumentando la producción de leche. Sin embargo, la evidencia científica demuestra que este es un mito peligroso.
Jessica Paredes Durán, directora general de la Fundación de Investigaciones Sociales (FISAC), señala que esta práctica se transmite por costumbres familiares y, en algunos casos, por la presencia de ansiedad o depresión en las madres.
¿Qué ocurre al consumir alcohol mientras se amamanta?
Estudios internacionales han demostrado que el alcohol reduce la producción de leche y altera la función de la oxitocina, hormona esencial para la eyección de la leche materna.
De acuerdo con los National Institutes of Health (NIH):
- Dosis elevadas de alcohol reducen el reflejo de eyección de leche hasta en un 80%.
- Se incrementa el tiempo de bajada de la leche, pasando de segundos a varios minutos.
- Madres que consumieron alcohol produjeron en promedio 9.3% menos leche en dos horas.
El efecto no solo impacta a la madre: la leche materna contiene el mismo nivel de alcohol que la sangre, lo que significa que el bebé también lo recibe al alimentarse.
Consecuencias en la salud del bebé
El consumo de alcohol durante la lactancia puede provocar en los bebés:
- Alteraciones del sueño, con periodos más cortos y menos reparadores.
- Irritabilidad, llanto frecuente e hipoglucemia.
- Problemas cognitivos y de desarrollo, incluyendo bajo coeficiente intelectual verbal y menor rendimiento académico en la infancia.
- Retraso motor y dificultades de aprendizaje, según estudios publicados en Frontiers.
Impacto en la salud mental materna
El alcohol no solo afecta la lactancia, también puede influir en la salud mental de la madre. La depresión y la ansiedad son factores que pueden llevar al consumo de alcohol, pero a la vez esta sustancia agrava la desregulación emocional.
Por ello, especialistas como Paredes recomiendan eliminar el estigma y fomentar la empatía hacia las madres que atraviesan estas situaciones, promoviendo apoyo psicológico y médico.
Recomendaciones médicas
- Evitar completamente el alcohol durante embarazo y lactancia.
- Consultar a un pediatra o ginecólogo ante cualquier cambio en el comportamiento del bebé.
- Buscar ayuda en especialistas en adicciones si dejar de beber resulta difícil.
- Fomentar un entorno de empatía y apoyo emocional para las madres en etapa de lactancia.
Conclusión
El consumo de alcohol durante la lactancia no aumenta la producción de leche ni aporta beneficios. Por el contrario, compromete la salud de la madre y el bebé, con efectos a corto y largo plazo. La mejor recomendación es evitar por completo su consumo y, en caso de dificultad, buscar ayuda profesional.