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Internacional

Esta isla de ensueño logra controlar la transmisión de COVID-19... ahora necesita a los turistas

Islas Mauricio fue el primer país africano en lograr controlar el coronavirus. Ahora su desafío es cómo permitir el regreso de los turistas, que son la columna vertebral de su economía.

La isla del océano Índico ha logrado sofocar el brote, un éxito singular en África a medida que la enfermedad se extiende por todo el continente. Países desde Kenia hasta Sudáfrica luchan contra un aumento en los casos tras la flexibilización de las restricciones de movimiento.

Islas Mauricio es uno de los pocos lugares en el mundo que no ha tenido una infección de transmisión local en más de tres meses. Registró su última muerte por COVID-19 el 27 de abril y ha logrado mantener el número total de casos confirmados en solo 344.

Pero en un país que depende altamente del turismo, el Gobierno está bajo una presión creciente para reabrir su aeropuerto y rescatar a una industria que emplea a casi una quinta parte de su fuerza laboral. Esto no vendría sin riesgos. Las Bahamas tuvo un repunte en las infecciones tras abrir sus puertas a turistas en julio.

“Necesitamos una fecha de apertura para que toda la industria pueda trabajar hacia la meta”, dijo Paul Jones, director ejecutivo de The Lux Collective, que posee seis resorts y hoteles de alta gama en el país.

Medidas estrictas

El éxito de Islas Mauricio, cuya población es de 1.3 millones, se deriva de los mismos factores que ayudaron a Corea del Sur a superar su primer brote: un Gobierno central fuerte, un sistema de salud bien financiado y una estrategia de contención con pruebas generalizadas, rastreo de contactos y medidas de cuarentena.

El Gobierno fue uno de los primeros en exigir cuarentena a viajeros de China en enero y uno de los pocos en todo el mundo en requerirla a trabajadores médicos de primera línea que habían estado en contacto con casos positivos al completar sus turnos.

“El Gobierno de Islas Mauricio hizo un muy buen trabajo”, dijo Laurent Musango, representante del país ante la Organización Mundial de la Salud.

Islas Mauricio cerró su puerto y aeropuerto tan pronto como confirmó las tres primeras infecciones el 18 de marzo y desplegó a la Policía y al Ejército para imponer una cuarentena total una semana después. El Gobierno estableció pautas claras sobre lo permitido para las personas, incluso restringiendo las compras de comestibles a días específicos.

Islas Mauricio manejó la situación mejor que el Reino Unido.

Bajo control

En mayo, el brote estaba bajo control. El país ha tenido solo 10 muertes y un puñado de los llamados casos importados agregados entre mayo y julio cuando ciudadanos de Islas Mauricio que regresaban dieron positivo a su llegada. Se ha realizado la prueba a más de 215 mil personas, la mayor cantidad per cápita en África.

Al mismo tiempo, es probable que la economía sufra una contracción récord de 13 por ciento este año por el colapso del turismo y la aerolínea nacional, Air Mauritius, fue puesta bajo administración voluntaria. Antes de la pandemia, hasta 1.4 millones de turistas por año llegaban a las cristalinas playas del país, lo que representa 10 por ciento del producto interno bruto.

Un programa mensual de asistencia salarial de 600 millones de rupias (15.1 millones de dólares) ha suavizado el impacto para los trabajadores de la industria hotelera, pero Islas Mauricio no puede sobrevivir sin turistas, y el Gobierno está realizando consultas diarias para decidir cuándo reabrir y a quién.

Es probable que esa decisión se tome una vez que el aeropuerto haya sido equipado con un laboratorio para evaluar a los visitantes al momento de su llegada.

 

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