La Justicia argentina procesó a la expresidenta Cristina Fernández por malversación de fondos públicos por el supuesto uso de aviones oficiales para enviar los periódicos del día de Buenos Aires a su residencia en Santa Cruz.
El juez Claudio Bonadio, encargado de los procesos que involucran a Fernández, estableció un embargo de sus bienes por valor de más 11 mil dólares pero, al contrario que en otras ocasiones, no dictó prisión preventiva para a exmandataria, quien tiene fuero como senadora y no puede ir a la cárcel.
Bonadio consideró a Fernández “partícipe necesaria” en el caso, y procesó al exsecretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, a quien acusó como “autor”.
El juez señaló que “se realizaban con regularidad vuelos con aviones de la flota presidencial a las ciudades de Río Gallegos y/o El Calafate, provincia de Santa Cruz”.
El único fin de estos vuelos, según el magistrado, era llevarles a Cristina Fernández y a su marido, el fallecido expresidente Néstor Kirchner, “los diarios del día”. Una práctica que se extendió durante todo su periodo presidencial.
La causa comenzó con los testimonios de exempleados presidenciales, que surgieron durante la investigación del proceso conocido como “cuadernos de recompensas”, que apunta hacia una red de sobornos de empresarios a altos funcionarios durante la etapa en la que la pareja ostentó el poder.
