Dicen que para un roto siempre hay un descocido, siendo aplicable este dicho con la Liga de Balompié Mexicano y los Leones Dorados, pues tanto la liga como este equipo han dado más de que hablar por sus polémicas que por sus buenas decisiones en el ámbito futbolístico.
El ejemplo de lo que es la Liga Balompié Mexicano está reflejado en el equipo que tiene como sede a Teziutlán y que ha sido ubicado más por sus escándalos que por su buen funcionamiento como organización, pues en apenas 4 jornadas han sumado cuatro derrotas convirtiéndose en el peor equipo de la temporada 2020-2021.
Que se hable más de los jugadores que fueron detenidos por hacer actos vandálicos en las calles de Teziutlán y de cómo en el partido ante el Club Veracruzano de Futbol no existió una sana distancia en las gradas, son el ejemplo irrefutable de lo mal que lo hace este equipo, a pesar de que dentro de la cancha también ha quedado evidenciado como este fin de semana en el que fue vapuleado por Jaguares de Jalisco por 4 a 0, en lo que fue el regreso del público al estadio municipal de Teziutlán.
Las malas rachas son entendibles, pero pareciera que lo de Leones Dorados pasa más por un tema de indisciplina que no ha sido corregido, y basta solo poner de ejemplo al Club Veracruzano, equipo que se pensaría seria pero que el mismo Tiburones Rojos que alguna vez milito en la primea división, pero ha demostrado lo contrario al tomarse con plena y total seriedad esta nueva oportunidad que se presenta de jugar al futbol.
El intento de crear algo de la nada es palpable en la LBM y así como hoy Leones Dorados es el negrito en el arroz, los equipos, directivos y jugadores que se bajaron del barco antes del arranque de esta competencia son la muestra de una novata liga que da sus primeros pasos en el balompié azteca y que aspira a ser un serio competidor de la Liga BBVA en algunos años.
