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El futbolista que ya no regresará después del Coronavirus

Hay gran tristeza en Bilbao y en toda España esta semana tras el anuncio del delantero del Athletic Club, Aritz Aduriz, de que va a colgar las botas. El jugador de 39 años ya había declarado su intención de retirarse al final de la temporada 2019/20, pero con la temporada - y la final de la Copa del Rey entre equipos vascos - actualmente en suspenso, el cuerpo, al parecer, le ha pedido que no espere más.

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Heldu da unea. Askotan aipatu dut normalean futbolak uzten zaituela, zuk bera utzi baino lehen. Atzo bertan, aldakaren ordez protesi bat ezartzeko kirofanotik lehenbailehen pasatu beharko dudala esan zidaten medikuek, bizitza arruntean ahalik eta normaltasun gehienarekin aritzeko behintzat. Tamalez, dagoeneko nire gorputzak nahikoa dela esan du; ezin diet taldekideei behar eta nahiko nukeen moduan lagundu, hau da, ezin dut tajuzko ekarpen gehiagorik egin. Horrelakoa da ere kirolari profesional baten bizitza. Xinplea oso. Zoritxarrez, egoera askoz larriagoak egon badaude, oraindik pairatzen ari garen pandemiak zauri mingarriagoak utzi dizkigulako eta, beraz, guztion artean aurre egiten jarraitu beharko dugu. Bitartean, mesedez, ez kezkatu niregatik, hau bitxikeria baino ez da; ez kezkatu irudikatutako amaierengatik, elkarri agur esateko aukera izango dugulako. Beraz, heldu da agur esateko unea. Hemen amaitzen da niretzat ibilbide hau, oparoa, ahaztezina eta hasieratik amaieraino zoragarria. Eskerrik asko, bihotzez. . . Ha llegado el momento. Muchas veces he mencionado que el fútbol te deja antes de que tú le abandones a él. Ayer mismo los médicos me recomendaron pasar por el quirófano, mañana mejor que pasado, para colocar una prótesis que reemplace mi cadera e intentar afrontar, al menos, con la mayor normalidad posible la vida diaria. Desgraciadamente mi cuerpo ha dicho basta. No puedo ayudar a mis compañeros como me gustaría y como se merecen. Así es también la vida de un deportista profesional. Simple, muy simple. Desgraciadamente estamos viviendo situaciones mucho más graves y dolorosas; la pandemia que aún sufrimos nos ha dejado daños irreparables y tenemos que seguir combatiéndola entre todas y todos. Por lo tanto, no os preocupéis por mí, esto es solo una anécdota. Olvidémonos de los finales soñados, porque ya tendremos tiempo de despedirnos. Y sí, ha llegado la hora del adiós y así se acaba para mí este camino, inolvidable y maravilloso de principio a fin. Muchas gracias. #athletic #agur #adios #goodbye #aa20

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“Desgraciadamente mi cuerpo ha dicho basta”, escribió Aduriz en un mensaje publicado en las redes sociales el miércoles por la tarde. “Ha llegado el momento”, añadió, antes de explicar que los médicos le habían aconsejado que se sometiera a una operación de reemplazo de cadera.

Es un final abrupto para una carrera muy especial. La última aparición de Aduriz fue en marzo, en la victoria por 4-1 del Athletic Club sobre su antiguo club, el Real Valladolid, 17 años, cinco meses y 23 días después de su debut en la máxima categoría con el Athletic contra el FC Barcelona en septiembre de 2002.

Aduriz, nacido en San Sebastián, fue un jugador que innegablemente, e inusualmente en el fútbol moderno, mejoró a medida que fue creciendo. Tras pasar por los equipos vascos Antiguoko y Aurrerá, y luego por la academia del Athletic Club, el joven Aduriz fue enviado a Burgos y Valladolid, en las divisiones inferiores de España, para perfeccionar su técnica. Después de hacer un buen trabajo en el Real Valladolid en LaLiga SmartBank, volvió al Athletic y ascendió al primer equipo de los Leones.

Sin embargo, Aduriz se mudó de nuevo en 2008 y se incorporó al RCD Mallorca durante dos temporadas antes de pasar al Valencia CF en 2010. Mientras que rápidamente desarrolló una reputación de goleador habitual y de favorito de los aficionados, el jugador vasco, que parecía encarnar el valor del club a la perfección, siempre sintió el Athletic Club como su hogar. Trabajador, valiente y muy orgulloso de su tierra natal, era lógico que Aduriz regresara a su casa en San Mamés en 2012.

Y fue durante esta tercera etapa en el club que se lució más. Aunque nunca había superado los 16 goles por temporada antes de aquel año, una prolífica racha goleadora de seis años entre 2012 y 2018 (18 en 2012/13, 18 en 2013/14, 26 en 2014/15, 37 en 2015/16, 25 en 2016/17 y 20 en 2017/18) le permitió destacar como uno de los máximos goleadores de LaLiga y del fútbol europeo.

Cuatro de esos goles llevaron al Athletic Club a ganar la Supercopa de España en 2015, el primer trofeo del club en más de treinta años. Su triplete en el partido de ida contra el Barcelona y otro gol en el Camp Nou dieron al Athletic una victoria global de 5-1, que hizo que las calles de Bilbao se llenaran de hinchas eufóricos como nunca antes.

En 2018, las lesiones comenzaron a afectar a Aduriz, que a estas alturas ya tenía treinta y tantos. Pero siguió protagonizando momentos especiales: un penalti único, sin carrerilla, contra el Valladolid la temporada pasada; su gran gesto de deportividad al señalar a los aficionados que no le habían hecho ninguna falta en un reñido y acalorado derbi local con el SD Eibar en 2018; y, por supuesto, una inolvidable chilena en el descuento contra el vigente campeón, el Barcelona, en la noche de apertura de la temporada 2019/20.

Ahora Aduriz cuelga sus botas como una verdadera leyenda del Athletic Club y de LaLiga. El segundo máximo goleador español de LaLiga en el siglo XXI (158), solo por detrás de David Villa, se ha ganado su lugar en el panteón de los grandes delanteros de LaLiga. Se le echará de menos en toda España y Europa, pero en ningún sitio más que en Bilbao, donde los aficionados no solo le recordarán como uno de los mejores delanteros de su club, sino también, lo que es más importante, como uno de los suyos.

 

 

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