Por: Cortesía

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Dusty Baker, aficionado de Pericos de Puebla, por fin ganó la Serie Mundial

Ahora y por siempre, Dusty Baker, el épico cuentacuentos, el que menciona gente famosa que conoce por casualidad, el mordedor de palillos de dientes y el eterno hombre del béisbol, finalmente podrá presumir de un ilustre título.

El hombre es capaz de contar historias fascinantes, como cuando tuvo a Hank Aaron como tutor, encuentros con Jimi Hendrix, John F. Kennedy Jr. y otros más. Pero le faltaba un capítulo y lo escribió la noche del sábado.

Después de 25 temporadas como piloto en las Grandes Ligas, incluyendo unas cuantas en las que se quedó cerca por muy poco, el estratega de 73 años llegó a la cúspide cuando sus Astros de Houston derrotaron 4-1 a los Filis de Filadelfia para conquistar el título.

Cuando Yordan Álvarez bateó el jonrón de tres carreras para la ventaja definitiva en el sexto inning, las cámaras apuntaron a un radiante Baker que alzaba los brazos.

Se convirtió en el mánager más longevo que gana la Serie Mundial, en su tercera oportunidad como piloto en un Clásico de Otoño. Lo hizo como jugador con los Dodgers, consagrándose en 1981.

Amaneció el sábado como el mánager con más victorias sin un campeonato de la Serie Mundial. Dejó su foja en 2.094-1.790 con su triunfo más memorable.

"Alcancé las 2.000 victorias y nada más se habla que no he ganado la Serie Mundial", dijo Baker el jueves.

Ya no podrán recriminarle eso.

Se une a Dave Roberts (Dodgers, 2020) y Cito Gaston (Azulejos, 1992, 1993) como los únicos pilotos de raza negra que han conquistado la Serie Mundial.

No pienso en que soy un mánager afroamericano porque miro el espejo cada día y sé quién soy", dijo previo al juego. "¿Comprenden lo que estoy diciendo? Pero sé que hay cierta presión por parte de gente que me apoya, especialmente de raza negra. Lo escucho cada día, así que siento que me escogieron para esto".

Llevó a los Astros a su segundo título de la Serie Mundial en la historia y al primero desde 2017, uno que quedó manchado por el escándalo de robo de señales y que hizo de Houston el club más odiado del béisbol. Baker ayudó a limpiar la imagen del equipo y mucha gente, a regañadientes, empezó a remar por los Astros por la admiración que el piloto genera.

Muy querido en todo el béisbol, Baker rápidamente se convirtió en el favorito de los fanáticos en Houston. Muchos aficionados se presentaron el sábado con carteles que tenían frases clamando el título para Baker.