Por: Cortesía

Shen Yun, el espectáculo de baile producido por una "Secta antihumana"

Esta es la historia detrás de Shen Yun, el show producido por el movimiento religioso Falun Gong, identificado como una secta por el gobierno de China.

El anuncio inicia con la estridencia de un grupo de tambores. Inmediatamente, un grupo de bailarines ataviados con coloridas indumentarias aparece en pantalla interpretando un performance que oscila entre lo artístico y lo circense. Aquella explosión de color y sonido es solo interrumpida por los testimonios de famosos y políticos que hablan sobre su experiencia viendo tal espectáculo. El comercial, parte de una agresiva campaña de difusión en YouTube, termina dejando un mensaje en claro: Shen Yun, el show de danza que promete llevar a los espectadores por un viaje a la “China antes del comunismo” está próximo a presentarse en su ciudad.

Para muchos, el clip de menos de dos minutos es solo una molestia en sus listas de reproducción. Para el gobierno de la República Popular de China es motivo de alarma. Al menos así lo señalan sus repetidos intentos de bloquear la presentación de la compañía de baile en el mundo, acusándola de propagar peligrosas ideas antihumanas y anticientíficas en el nombre de Falun Gong, un movimiento religioso que Pekín ha señalado como una secta. Pero ¿cuál es la historia de Falun Gong y por qué ha decidido montar un costoso espectáculo de baile como la principal herramienta de difusión de sus postulados?

¿Qué es Falun Gong?

Según sus seguidores, Falun Gong –o Falun Dafa por su nombre en español– es una práctica espiritual que tiene como objetivo mejorar la salud física y mental, así como cultivar la espiritualidad, a través de ejercicios de meditación y la adopción de un estilo de vida regido por los principios de verdad, compasión y tolerancia.

La corriente religiosa fue fundada a principios de la década de los noventa por Li Hongzhi, un maestro y conferencista que retomó las enseñanzas budistas del qigong y las comenzó a difundir públicamente. Si bien, el Partido Comunista Chino (PCC) incluso apoyó la enseñanza de las técnicas base de Falun Gong durante sus primeros años de vida, su venía no duraría para siempre. En 1999, seguidores de Hongzhi –exiliado en Estados Unidos desde un año antes– exigieron al gobierno chino que se les recociera legalmente como una religión. Argumentaban ser pacíficos y tener casi 100 millones de adeptos. Pekín respondió con agresividad.

Durante los siguientes años, el PCC ejerció todas las herramientas del Estado para bloquear el crecimiento del grupo religioso. Bloquearon sus páginas web, arrestaron extrajudicialmente a aquellos que protestaban en favor de su libertad de credo y señalaron a Falun Gong de ser una secta herética, anticomunista y antihumana, anticientífica.

Shen Yun, ¿la espectáculo propagandístico de una secta?

Tras establecerse en Estados Unidos, Li Hongzhi inició un plan para difundir los postulados de Falun Gong fuera de China. Copiando los métodos propagandísticos de Occidente, el exiliado chino revisó la fundación The Epoch Media Times, una plataforma de comunicación que abarcaría medios impresos (con el diario The Epoch Times) y audiovisuales (con la cadena de televisión New Tang Dynasty). Pese a sus esfuerzos, dichas marcas tuvieron un alcance limitado. Había que intentar de otra forma.

En 2006, Hongzhi y un grupo de practicantes de Falun Gong en Estados Unidos inauguraron Shen Yun Perfoming Arts, una compañía artística que introduciría los intereses y preocupaciones del grupo religioso a través de un espectáculo de baile. Para el invierno de ese año, la organización sin fines de lucro ya había contratado a casi un centenar de artistas –bailarines, músicos y equipo de producción– y montado su primer show, donde realizaban “una presentación de la cultura tradicional china como lo fue alguna vez: un estudio de la gracia, la sabiduría y las virtudes destiladas de cinco milenios de civilización”.

Para atraer a la gente, los miembros de Falun Gong arrancan una feroz campaña publicitaria. Contratan espectaculares y anuncios en paradas de transporte público, compran espacios en diarios de circulación nacional, invitan a pequeños grupos a presenciar el espectáculo y llenan sus primeras funciones con personalidades –políticos, empresarios, artistas– que puedan recomendar la experiencia. En los últimos años, la agresiva publicidad de Shen Yun incluyó la compra de espacios en YouTube, obligando a la mayoría de los usuarios de la plataforma de videos a enterarse que el show estaba próximo a presentarse.

Las ideas que difunde un show de baile y color

Una de las características en común de todas las herramientas de difusión de Shen Yun es que ninguna aborda específicamente de qué trata el espectáculo. En una publicación en The New Yorker, la periodista Jia Tolentino señala que esto es intencional: “Los anuncios tienen que ser omnipresentes y carecer de contenido para que puedan convencer a más de un millón de personas a pagar una buena cantidad de dinero para ver lo que es, esencialmente, propaganda político-religiosa, o más generosamente, un comercial extremadamente elaborado de Falun Gong, las enseñanzas espirituales y su difícil situación frente al régimen comunista chino”.

Según han difundido medios especializados, el show cuenta con un alto contenido anticomunista presentando a Mao y Karl Marx como grandes villanos pero también de ideas extrañas. “Pagamos por asientos que nos brindarían una excelente vista de la tradición china. En cambio, contribuimos sin saberlo a un movimiento religioso que niega la evolución y la ciencia, afirma que la Tierra estuvo habitada por extraterrestres, demoniza a los ateos y homosexuales y condena los matrimonios mixtos“, cuenta Walter Whittemore en su crítica en The Ledger.

Para quienes han seguido el desarrollo de Falun Gong y la historia de Li Hongzhi, esto no es ninguna sorpresa. El creador del movimiento dice ser un enviado para salvar a la humanidad de la destrucción del planeta, que también es habitado por extraterrestres de otras dimensiones que juegan un papel importante en los avances tecnológicos, el descontrol de la guerra y la inmoralidad. Además ha asegurado que la evolución es un fraude y que las personas son separadas por razas en el cielo. Tanto The Epoch Times como New Tang Dynasty Television replican sus ideas sin pudor, volviéndose medios favoritos de amantes de las teorías de conspiración y personas con pensamiento de extrema derecha.

¿Por qué el gobierno chino quiere prohibir Shen Yun?

Desde el inicio de las funciones de Shen Yun en 2007, el gobierno chino ha mostrado su rechazo a la presentación del espectáculo y ha utilizado canales diplomáticos para invitar a los espectadores a “mantenerse alejados de sus actos para no ser engañados”.

En 2022, a propósito del montaje de Shen Yun en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, la Embajada de la República Popular China en México emitió un comunicado donde acusó al show de ser “propaganda política de la secta destructiva Falun Gong“.

“Falun Gong fabrica y propaga falacias antihumanas y anticientíficas, e implementa control mental extremo sobre sus creyentes, por lo que constituye un grave daño a la sociedad y violan los derechos humanos. Es completamente un cáncer de la sociedad civilizada moderna”, se lee en la misiva. “El llamado Shen Yun no es una representación cultural, sino una absoluta herramienta política para llevar a cabo propagandas de la secta destructiva y anti-China, expandir su influencia y recaudar dinero. Empaña y distorsiona la cultura china y engaña e incluso envenena a los espectadores”.

Acostumbrados a los ataques, los responsables de Shen Yun responden sin emitir un solo pronunciamiento. Continúan con sus labores, se mueven por el mundo y presentan shows elaborados llenos de color. Sin embargo, su silencio parece embonar a la perfección con lo que se les critica. De hecho, cuando hablan para defender su proyecto, las palabras que utilizan tienen un fin específico: el de convencer sin escuchar y sin profundizar al respecto.

MUY INTERESANTE.

 

 

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