Si te sientes agotado después de cualquiera videollamada de trabajo o con amigos, no estás solo.
Como la mayoría de nuestras conversaciones cara a cara en estos días se han reducido a varios software de videollamadas, cada vez más personas se ven inexplicablemente agotadas por toda la comunicación virtual.
¿Por qué sucede?
De acuerdo con la BBC, parte de esto tiene que ver con las señales no verbales que se pierden fácilmente en los chats de video, como el lenguaje corporal, el tono de voz y las expresiones faciales que no se traducen claramente en el video.
Las personas sienten que tienen que hacer un mayor esfuerzo emocional para parecer interesados, y en ausencia de muchas señales no verbales, el intenso enfoque en las palabras y el contacto visual sostenido es agotador.
Dado que estamos trabajando muy duro para decodificar estas señales, incluso inconscientemente, es más difícil establecerse en una dinámica cómoda.
«Nuestras mentes están juntas cuando nuestros cuerpos sienten que no lo estamos. Esa disonancia, que hace que las personas tengan sentimientos encontrados, es agotadora. No puedes relajarte en la conversación naturalmente», expresó a la BBC Gianpiero Petriglieri, profesor asociado de INSEAD que estudia el aprendizaje sostenible y el desarrollo del lugar de trabajo.
DemorasEcosCongelaciones de pantalla y otros problemas tecnológicos pueden aumentar esa disonancia.
Pero incluso una conexión perfecta no puede aliviar la sensación de que estamos siendo observados mucho más de cerca que en una reunión regular, especialmente teniendo en cuenta que podemos ver nuestras propias caras en la esquina de la pantalla.
Otro factor, explorado por investigadores del University College London, es la duración de la mirada.
Si bien las personas están felices de mirar a las personas con las que se sienten cómodas durante períodos más largos, las miradas de más de 3 segundos pueden sentirse incómodas en situaciones menos relajadas.
Por otra parte, la BBC cita un estudio alemán del International Journal of Human-Computer Studies que encuentra que los retrasos en la transmisión del habla de poco más de un segundo pueden hacer que los participantes perciban a los que están en la videollamada como «menos atentos y extrovertidos».
También está el problema, explica Gianpiero Petriglieri, de «autocomplejidad».
En términos simples, a los seres humanos les gusta la variedad, pero ahora muchos aspectos de nuestras vidas se unen en un solo lugar: las videollamadas.
NO TODO ES FATALIDAD
Por el lado positivo, la ansiedad social se correlaciona positivamente con sentimientos de comodidad en línea. Entonces, para las personas que temen las reuniones físicas, reunirse en línea podría ser un respiro bienvenido.
Y aunque el mayor enfoque en la información verbal en las reuniones de video puede ser mentalmente más agotador, también podría tener algunos efectos secundarios positivos potenciales al reducir los sesgos debidos a las señales sociales y emocionales.
¿CÓMO PODEMOS REDUCIR LA FATIGA?
Con predicciones de que el nuevo lugar de trabajo «normal» será muy diferente del anterior, parece que la videollamada llegó para quedarse. Hay varios pasos que podemos tomar para reducir los efectos negativos de las reuniones de video en línea.
En primer lugar, considera si la reunión debe ocurrir. En algunos casos, las plataformas de documentos compartidos con comentarios detallados pueden reducir la necesidad de cumplir.
Limitar la cantidad de reuniones en un día puede ayudar, así como también usar mensajes y correos electrónicos.
A veces, el teléfono es mejor. En el teléfono solo tenemos que concentrarnos en una sola voz y podemos caminar, lo que puede ayudar a pensar.
Algunos, sugeridos por Harvard Business Review, incluyen:
Mantener reuniones más cortas.Reducir los estímulos en pantalla: intenta esconderte de la vista.No sientas que tienes que asistir a todas las reuniones sociales virtuales con colegas.Cambia a una llamada telefónica o correo electrónico si lo consideras más conveniente.
Muy Interesante.
