Cada año, la luna llena de marzo marca el comienzo de las festividades cristianas que circundan a la Pascua. Ésta es la razón.
Año con año, el cielo nocturno se ilumina con la luz de la luna llena durante las festividades de Pascua. Esto no es ninguna casualidad. Por el contrario, es una decisión basada en la astronomía, que la Iglesia Católica —y otras religiones afiladas al cristianismo— toma como referencia para calendarizar los festejos relativos a Semana Santa. Ésta es la explicación.
¿Qué es la Pascua?
En las religiones relativas al culto a Cristo, la Pascua conmemora la serie de acontecimientos que circundaron su muerte y supuesta resurrección. Según el mito cristiano, Jesús resucitó al tercer día después de ser crucificado por los romanos. Este evento es motivo de celebraciones religiosas a lo largo del mundo, pues representa la victoria del hijo de Dios sobre las fuerzas de las sombras.
Sin embargo, las fechas para festejar la Pascua han causado controversia históricamente. Durante los primeros años del cristianismo se disputó cuándo debería de celebrarse, ya que en Oriente se festejaba un día, y Occidente en otro. Después de siglos de confusión, la Iglesia llegó a una resolución contundente.
¿Por qué siempre hay luna llena?
El año 325 d.C. marcó un hito para la cristiandad. Fue durante el Concilio de Nicea, que se celebró en la actual Turquía, que se fijó el primer domingo siguiente al decimocuarto día de una luna nueva como el día para empezar las festividades pascuales.
A partir de entonces, la Semana Santa siempre empieza después del equinoccio de primavera, que sucede astronómicamente en marzo. Esta convención se estableció para que, sin importar el lugar del mundo en donde se festeje la Pascua, pueda hacerse al mismo tiempo.
A partir de entonces, se organizaron peregrinaciones masivas a Jerusalén para festejar las fiestas pascuales en el mismo lugar donde sucedieron. Además de dar orden al mundo cristiano, marcó una nueva pauta de vida durante siglos para los países en los que esta fe era dominante. La herencia de esta decisión explica porqué cada luna llena aparece exactamente durante la Semana Santa.
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