Por: Cortesía

Por qué cambió la manera de conmemorar el 8 de Marzo en México

Miles de mujeres se congregaron para conmemorar el 8 de marzo en la Ciudad de México. Aquí te explicamos por qué, y qué han conseguido con su lucha.

Cuando llega el 8 de marzo en México, miles de mujeres se congregan en Paseo de la Reforma, una de las arterias principales de la capital. Vestidas de negro, con pañuelos verdes y morados, se manifiestan por el número creciente de feminicidios que, año con año, se registran en el país. Sin embargo, no es la única premisa que promueve el flujo de mujeres que marchan en esta fecha.

Por el contrario, algunas se movilizan para exigir aborto seguro y gratuito. Otras, para buscar a sus desaparecidas. Algunas más para hablar sobre sus historias de abuso que, por a

ños, dejaron de lado por haberlo normalizado. Las conmemoraciones en torno al Día de la Mujer, sin embargo, no siempre fueron así. Aquí te explicamos de dónde viene la fecha, cómo se vivía antes del 2020 y por qué ha cambiado tanto el significado del 8 de marzo en México en tan sólo dos años.

¿Por qué se conmemora el 8 de marzo en México?

Antes de que miles de mujeres mexicanas empezaran a marchar sobre Paseo de la Reforma, con la intención de llegar al Zócalo capitalino, el 8 de marzo en México era motivo de ‘celebración’. Era común que los integrantes varones de las familias ‘felicitaran’ a las mujeres en esta fecha. Con dulces, chocolates, flores y serenata se recordaba por qué estaban destinadas a ser madres, a criar a la descendencia y a mantener un hogar limpio.

Esta manera de entender el 8 de marzo en México viene de una larga tradición machista, firmemente enraizada en la cultura nacional. Con la idea de que las mujeres deben de estar en la cocina preferentemente embarazadas, atendiendo a sus maridos, se les privó durante siglos la oportunidad de estudiar, ser empresarias o llevar su propia vida como mejor les pareciera.

¿Qué pasó el 8 de marzo de 1908?

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), El Día Internacional de la Mujer conmemora a “las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre”. La fecha se remonta al año 1908, tras el incendio de una fábrica textil en Estados Unidos.

Originalmente, se escogió el 8 de marzo para conmemorar la lucha feminista por la matanza de 129 obreras neoyorquinas en la fábrica Cotton, en Estados Unidos. Después de una huelga que organizaron para tener mejores salarios y condiciones más dignas de trabajo, el espacio se prendió en fuego. El dueño de la fábrica ordenó que las puertas se cerraran, de manera que ellas no pudieran escapar.

Más de un centenar de ellas perdieron la vida, según documenta el Ministerio de Cultura de Argentina. En memoria de su lucha, varios países alrededor del mundo conmemoran el 8 de marzo. México figura entre ellos. Desde hace dos años, se organiza una marcha multitudinaria para exigir justicia por la violencia de género ácida e impune que aqueja al país día con día.

A la sombra de las jacarandas en flor

A la sombra de las jacarandas en flor, miles de mujeres caminan hacia el Zócalo capitalino en la Ciudad de México. La Plaza de la Constitución es el destino final de las movilizaciones, ya que está enfrente de Palacio Nacional. Desde ahí, al caer la noche, las mujeres entonan cánticos exigiendo justicia por sus desaparecidas, para tener decisión sobre su propio cuerpo y por el número creciente de feminicidios que se sostiene en el país.

El 8 de marzo de 2022, según reportan medios nacionales, no se registraron “incidentes graves”. En años anteriores, sin embargo, los cuerpos de la policía atosigaron a las manifestantes con gas pimienta. También se registraron grupos de choque infiltrados, como ha sucedido históricamente en México con las movilizaciones pacíficas.

Las exigencias de cada periodo histórico cambian, porque las necesidades sociales se modifican. Por esta razón, la lucha de las mujeres en la fábrica Cotton es muy diferente a la de las feministas contemporáneas. Aún así, el movimiento se sigue despreciando en México: a los grupos en el poder les importan más los grafitis en los monumentos que las cifras de mujeres asesinadas.

La marcha del 8 de marzo no es la única de las movilizaciones que se llevan a cabo. Algunas universidades realizan conversatorios para sus integrantes varones, buscando masculinidades menos tóxicas. Las mujeres que no pueden unirse a la marcha o sencillamente deciden no participar ya hacen suficiente asistiendo a sus trabajos o realizando las labores que les corresponden.

Así como hacer paro no es obligatorio, el feminismo no es dogmático.

¿De qué sirven las marchas feministas en México?

A partir de 2020, algunas victorias significativas se han conseguido a partir de las movilizaciones del 8 de marzo en México. Quizá la más significativa de ellas es la Ley Olimpia que, según explica Expansión, su objetivo es “sancionar y visibilizar la violencia digital y en los medios de comunicación”.

En la actualidad, en México difundir contenido íntimo por las redes sociales o plataformas digitales es considerado como un delito. Lo mismo para el ciberacoso y la pornovenganza. Ésta fue una de las exigencias de la marcha en 2020. Originalmente se estableció en el Código Penal de Puebla, al centro del país. Sin embargo, en la actualidad es válida en 29 estados de la República Mexicana, incluida la Ciudad de México.

Por lo demás, participar en la marcha del 8 de marzo en México es un ejercicio político y catártico. Las mujeres tienen el derecho de ocupar los espacios públicos para manifestar sus deseos y necesidades. Más aún en su búsqueda de justicia y equidad. Según la UNESCO, el objetivo a largo plazo es el siguiente:

“Reconociendo la contribución de mujeres y niñas de todo el mundo que están liderando la carga en la adaptación, mitigación y respuesta al cambio climático, para construir un futuro más sostenible para todos”.

Aunque haya personas que se sigan quejando porque no hay un Día del Hombre, o que califiquen al feminismo como ‘una bola de mujeres lesbianas, histéricas y vándalas‘, la realidad es que ninguna revolución ha sido silenciosa. Y así como las olas del mar, las movilizaciones feministas contemporáneas ya no se van a detener.

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