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¿Por qué algunas tortugas pueden sobrevivir meses sin oxígeno?

Un reciente estudio ha explicado por qué las tortugas pueden sobrevivir hasta seis meses sin oxígeno.

Científicos de la Universidad de Manchester y la Universidad del Norte de Texas demostraron que el corazón de las tortugas puede adaptarse para sobrevivir a los efectos de un entorno con bajo nivel de oxígeno.

La exposición a bajos niveles de oxígeno durante el crecimiento programa a los corazones para que sean más resistentes a la hipoxia (falta de oxígeno en el organismo).

Debido a ese estado de salud, estudiar el corazón en lugar de otros órganos del cuerpo resulta primordial, pues es uno de los órganos con mayor riesgo de daño.

Un estudio prometedor

A partir de este descubrimiento se podrían desarrollar tratamientos que alivien el daño al corazón causado por la hipoxia en humanos.

Por ejemplo, la hipoxia ocurre durante un ataque al corazón y también puede dañarlo durante una cirugía de trasplante.

Según los investigadores, la exposición a la hipoxia durante el crecimiento causa cambios epigenéticos en el genoma, los cuales pueden activar o desactivar los genes. Esto resulta clave en la capacidad de las células cardíacas de tortugas para tolerar un oxígeno bajo.

Tortugas: Un especie maravillosa que da esperanza

LAS TORTUGAS PUEDEN SOBREVIVIR DURANTE LARGOS PERÍODOS DE TIEMPO BAJO HIELO O EN PROFUNDIDADES DONDE HAY POCO OXÍGENO.

Por ello, los investigadores aplicaron un procedimiento a tortugas bebés. Éste imitó lo que sucede en la naturaleza: los huevos en el fondo de los nidos están más expuestos a la hipoxia.

También, sometieron a las tortugas a niveles más bajos de oxígeno mientras medían su calcio intracelular, pH y especies reactivas de oxígeno: una molécula que puede volverse tóxica cuando el tejido se reoxigena demasiado rápido.

«Las células del corazón en las tortugas y los seres humanos son anatómicamente muy similares. Por lo que aprender a comprender qué factores les permiten sobrevivir en un entorno sin oxígeno, podría darnos las herramientas para aplicarlo a un escenario médico”, dijo Gina Galli, investigadora de la Universidad de Manchester.

Muy Interesante. 

 

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