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Marilyn Monroe: La historia detrás del icono de hollywood

«SER UN SÍMBOLO SEXUAL ES UNA CARGA PESADA, ESPECIALMENTE CUANDO UNO ESTÁ CANSADO, HERIDO Y DESCONCERTADO». MARILYN MONROE

Norma Jeane Mortenson, mejor conocida como Marilyn Monroe, nació el 1 de junio de 1926 en los Ángeles, cerca de Hollywood. Hija de Gladys Pearl Baker, madre soltera, la pequeña estaba muy lejos del glamour que jamás imaginó tendría en su vida adulta.

Gladys era una cortadora de carretes de película para un estudio cinematográfico y sufría para mantener a su pequeña hija. Éste fue el principio de una crisis nerviosa que la llevaría a padecer esquizofrenia el resto de su vida.

Idas y venidas entre hogares adoptivos y el orfanato fueron la constante en la infancia de Norma Jeane. Al cumplir 16 años recibió la oferta para casarse con James Dougherty, su vecino de 21 años.

Era eso o el orfanato, y Norma eligió el altar.

Estados Unidos acababa de entrar a la Segunda Guerra Mundial y mientras los hombres eran reclutados para pelear en el frente, las mujeres ocupaban sus lugares en las fábricas.

Norma Jeane consiguió empleo en una fábrica de radiotransmisores para el ejército. Fue ahí cuando un fotógrafo de la Armada capturó con su lente a la bella joven.

Las imágenes llegaron hasta el escritorio de un cazador de talentos del estudio 20th Century Fox, y en 1947 Norma Jean cambió su nombre a Marilyn Monroe, y debutó con un pequeño papel en la película Dangerous Years.

Los roles crecieron en importancia y su figura se volvió más conocida, pero fue hasta 1953 que dos eventos detonarían la popularidad de la diva.

En primer lugar, el lanzamiento de una revista para caballeros llamada Playboy, cuya chica del mes fue ni más ni menos que Marilyn Monroe, posando desnuda en las icónicas páginas centrales. 

Pero las fotos de la actriz desnuda no eran nuevas; se trataba de un portafolios para el que Marilyn había posado años atrás, antes de volverse famosa.

El editor de la revista, Hugh Hefner, pagó 500 dólares por las imágenes a sabiendas de que la fama estaba muy cerca de llegarle a la rubia. Las copias originales de la revista, que en su momento costaron 50 centavos, tienen en la actualidad un valor de 2,700 dólares, ya que sólo se imprimieron 54 mil copias. ¡Había nacido la leyenda!

LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN RUBIAS

Basada en un musical de Broadway, en 1953 se estrenó una película que convertiría a Marilyn en una estrella de talla mundial.

La cinta, una comedia dirigida por el mítico Howard Hawks, mezcla a la perfección el humor ligero y la sensualidad que se volverían el sello de Monroe a lo largo de su corta carrera, además de incluir algunos números musicales que trascenderían por mucho a la propia cinta.

El más famoso de ellos Los diamantes son el mejor amigo de una chica (Diamonds Are a Girl’s Best Friend), donde la rubia canta “Un beso puede ser grande, pero no paga la renta”, ayudó a cimentar el mito de la bomba sexy y superficial de la que se enamoró la mayoría de los hombres a mediados de los 50. 

Modelada a partir de Mae West una actriz teñida de rubia que había escandalizado al medio 20 años atrás, aderezada con la risa y los movimientos coquetos de Betty Boop la sexy protagonista de los dibujos animados realizados por Max Fleischer en los años 30, la cual también había sido blanco de las protestas de los grupos de mujeres puritanas, Monroe jugaba con la dualidad entre una “vampiresa devoradora de hombres” y una inocente rubia de buen corazón. 

Cómo pescar a un millonario (How to Marry a Millionaire, 1953), o La comezón del séptimo año (The Seven Year Itch, 1955), fueron los grandes éxitos en los que Monroe perfeccionó su personaje de la mano de grandes directores como Billy Wilder, quien comentó en su biografía, en tono de broma, que su esposa nunca le perdonaría una infidelidad, a menos que fuera con Marilyn, y en ese caso “correría al salón de belleza a presumirlo”. 

Los contratiempos de su primera colaboración sin embargo palidecieron con lo que vino después, en Una Eva y dos Adanes (Some Like it Hot, 1959).

El rodaje fue una pesadilla y Wilder y su actriz se enfrascaron en una lucha de poder. Monroe llegaba tarde a los rodajes y ponía como pretexto que se había perdido, pese a que era el mismo estudio donde había filmado varias de sus películas anteriores.

Además, la actriz se negaba a memorizar sus parlamentos, lo que llevó al director a escribirlos en notas que pegaba sobre la escenografía, las cuales, distraídamente, la actriz dejaba caer o simplemente ignoraba. 

Billy Wilder, desesperado por la cantidad de tomas que debía repetir, advirtió a sus actores, Jack Lemmon y Tony Curtis, que no cometieran errores, pues él usaría cualquier toma buena de Marilyn, sin importar cómo lo hicieran los demás. 

La cinta fue un éxito inmediato de taquilla: recaudó más de 25 millones de dólares, cifra impresionante para la época, y pasó a la historia como una de las mejores películas de Wilder y de Monroe. 

MARILYN MONROE: ACTRIZ DEL MÉTODO

Contrajo nupcias con el entonces atleta más famoso de Estados Unidos: Joe DiMaggio, beisbolista estrella de los Yankees de Nueva York. La pareja se convirtió de inmediato en la favorita de los paparazzi y las revistas del corazón, aunque el idilio no duró más de ocho meses.

Apenas dos años después, Monroe volvió a casarse, por tercera y última ocasión, con uno de los escritores más reconocidos de Estados Unidos: el dramaturgo Arthur Miller. 

Marilyn no quería ser recordada sólo como una rubia sensual; deseaba ser reconocida como una buena actriz. Ya lo había intentado en River of No Return (1954), dirigida por el austriaco Otto Preminger.

Aunque la cinta no había sido bien recibida ni por el público ni por la crítica, había trazado el principio de una nueva senda para la actriz. 

Monroe se instaló en Nueva York, donde se entrenó bajo la tutela del respetado director y actor Lee Strasberg, director en ese entonces del Actor’s Studio y fiel seguidor del método teatral del ruso Konstantín Stanislavski, creador de la primera técnica teatral importante y una de las más influyentes en la historia del arte dramático.

La actriz comenzó a frecuentar el círculo de intelectuales neoyorquinos, donde conoció a Miller, quien ya era un autor consagrado gracias a su obra La muerte de un viajero, la cual había sido acreedora del Premio Pulitzer. 

Finalmente, la pareja se casó en 1956.

Al siguiente año Monroe fue invitada por Sir Laurence Olivier a ser su coestrella en El príncipe y la corista. Marilyn no cabía en sí de felicidad.

Olivier era famoso por llevar a clásicos como Shakespeare a la pantalla grande, pero cuál sería su sorpresa al enterarse de que su nueva cinta era una comedia ligera. Fueron tiempos difíciles para la pareja.

Miller era un objetivo de la “cacería anticomunista” llevada a cabo en su país, mientras que Monroe peleaba en el set con su director, al cual acusaba de no dejarla implementar su recién aprendido método actoral. Pese a los problemas, la cinta fue un éxito, pero la relación entre la actriz y su esposo entró en declive. 

En 1961 protagonizó su última película: Los inadaptados, donde compartió créditos con Clark Gable, bajo la dirección de John Huston. La cinta, escrita por Miller, reunía todas las características de drama serio con las que Monroe soñaba. Después, él aceptaría que fue la única vez que escribió un texto para complacerla. 

FELIZ CUMPLEAÑOS

El 19 de mayo de 1962, el Partido Demócrata decidió echar la casa por la ventana para celebrar el cumpleaños del presidente de Estados Unidos John F. Kennedy.

La invitada de lujo fue Marilyn Monroe, quien cantó con voz sensual “Happy Birthday”. Uno de los rumores más famosos de la época es que la actriz tuvo un breve romance con el presidente estadounidense, aunque otros hablan de que fue con Bobby Kennedy, hermano menor del mismo, y en ese entonces fiscal general de EUA.

Asimismo, las versiones tomaron fuerza a partir de la publicación de dos libros: Marilyn: una biografía, de Norman Mailer (1973), y Blonde, de Joyce Carol Oates (2000). 

Desde tiempo atrás, la californiana sufría una fuerte adicción a los barbitúricos, dependencia que tenía su origen en el miedo de ser presa de una enfermedad mental como la que había afectado a su madre. Desde tiempo atrás la actriz asistía diariamente a sesiones de psicoanálisis con Anna Freud, hija de Sigmund Freud.

La noche del 5 de agosto de 1962, se encontró a la actriz de 36 años muerta en su habitación, recostada boca abajo y con el auricular del teléfono en la mano; junto a ella se encontraba una docena de botellas vacías de medicamentos, incluida una de Nembutal, un fuerte sedante. 

Muy Interesante. 

 

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