Por: Cortesía

La sábana santa de Turín: Uno de los enigmas más grandes del catolicismo

Así es como la Sábana Santa se convirtió en uno de los grandes enigmas de la historia y objeto de veneración en el catolicismo.

Se dice que cuando Jesucristo murió después de ser crucificado, su cuerpo fue llevado a una caverna y envuelto en un sudario. La sangre que empapaba su rostro y cuerpo quedó impresa en la tela para pasar a la posteridad como prueba de los hechos bíblicos sobre Jesús de Nazaret. A este objeto se le conoce en la actualidad como la Sábana Santa, uno de los objetos históricos más estudiados por la ciencia.

Mientras algunas fracciones afirman que se trata de una reliquia auténtica, otras la han acusado de ser un fraude absoluto. También conocida como Sudario de Turín o Síndone, su historia es un enigma.

Qué es la Sábana Santa

La Sábana es una impresión en negativo del rostro y el contorno del cuerpo de un hombre con serias lesiones en su cuerpo. El debate entre la comunidad científica desde hace mucho tiempo consiste en llegar a un consenso sobre cómo se creó y, sobre todo, su originalidad.

En 1988 se le hicieron pruebas de radiocarbono en tres laboratorios, los cuales fecharon la tela en la Edad Media. Algunos investigadores clamaron que se trataba de una falsificación medieval.

Su historia

En dos de los cuatro evangelios canónicos de la Biblia se habla de unos lienzos mortuorios que el apóstol Pedro vio cuando corrió al sepulcro donde Jesús resucitó. Ninguno describe que la figura de Jesús quedara impresa en ellos.

Jesús es sepultado – Marcos 15:42-47

(Mr 15:42-47) “Cuando llegó la noche, porque era la preparación, es decir, la víspera del día de reposo, José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto. E informado por el centurión, dio el cuerpo a José, el cual compró una sábana, y quitándolo, lo envolvió en la sábana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. Y María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían.”

La tela de Edesa

Antes de la aparición del Sudario en la historia, estuvo la tela de Edesa, también un sudario que mostraba la cara de Jesús. Sin embargo, el objeto desapareció a principios del siglo XIII, durante el saqueo italo-francés de Constantinopla, adonde se había trasladado la pieza tres siglos antes.

Se dice que tal vez la pieza quedó en manos de los caballeros Templarios, que solían cuidar piezas arqueológicas de gran valor religioso.

En 1355, cuatro décadas después de la desaparición de la tela de Edesa, apareció otro manto mortuorio, que hoy conocemos como la Sábana Santa, en Lirey, cerca de París. Su dueño era Geoffroi de Charny, nieto de un caballero que había militado en el Temple.

Varios expertos mencionan que en realidad esta “nueva manta” era en realidad la anterior.

Comienza la polémica

A partir de este momento, la nueva sábana fue puesta en exhibición por Geoffroi de Charny. Los lugares que contaban con objetos religiosos atraían multitudes deseosas de verlas con las ganancias derivadas que de ello se desprendían por hospedajes, comida y más.

El obispado de Troyes pidió a la Santa Sede que impidiera que el sudario se siguiera exhibiendo, pues argüía que era falsa. Sin embargo, sus peticiones fueron ignoradas.

Los propietarios del sudario lo vendieron al duque de Saboya, quien le construyó una capilla en Chambéry, capital del antiguo ducado. Tras salir con daños mínimos de un incendio, el sudario fue llevado a Turín, donde permanece hasta la fecha.

Se revela la figura de Jesucristo

Pero faltaba algo por venir: en 1898, la familia Saboya contrató al fotógrafo Secondo Pia para que tomara fotografías del sudario para una exhibición. Cuando los negativos se revelaron se dieron cuenta de que la sábana tenía impreso a su vez el negativo del cuerpo de un hombre.

A partir de dicho momento, el deseo de determinar la autenticidad del sudario comenzó. La pieza ha generado acalorados debates en torno a cómo fue hecha y quién está retratado en él.

Una de las teorías más raras es que se trata de un fotografía de Leonardo da Vinci hecha por él mismo en 1494 con una cámara oscura y una emulsión sensible a la luz.

Stephen Berkman, fotógrafo, reprodujo con éxito esta técnica y la Universidad de Michigan demostró con antropometría que incluso podría ser un autorretrato del artista renacentista.

Dos expertos en la Sábana Santa ofrecen datos para entender qué es este objeto

«Es un icono estampado sobre un lino de fabricación medieval, comprado hace siglos por los Saboya por razones políticas y hoy propiedad del Vaticano», afirma el historiador florentino Franco Cardini.

«Sabemos que fue confeccionada por un artesano, aunque desconocemos su nombre. Ya en su momento el obispo de Troyes, localidad francesa en donde a mediados del siglo XIV apareció la Sábana Santa, denunció el fraude, y el papa Clemente VII de Aviñón advirtió a los creyentes: se trata de una representación. Ahí están los documentos, los testimonios, los procesos. Lo demás es un uso político”, dice Andrea Nicolotti, historiador de la Universidad de Turín y especialista en el análisis de las fuentes documentales relacionadas con la historia de la Síndone.

MUY INTERESANTE.

 

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