El agujero en la capa de ozono alcanzó su punto máximo este octubre, pero está logrando recuperarse debido a nuevas regulaciones.
Este año, el agujero masivo en la capa de ozono alcanzó su área máxima el 7 de octubre. Con 24.8 millones de kilómetros cuadrados, según meteorólogos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la NASA, tiene un área similar al del norte del continente americano.
Con estas dimensiones, se posiciona en el lugar número 13 entre los más grandes desde 1979, cuando el fenómeno empezó a registrarse. Los científicos atribuyen esta fluctuación, más que nada, a la crisis climática global. Esto es lo que sabemos.
¿A qué se debe el tamaño del agujero en la capa de ozono?
Se entiende como ‘agujero en la capa de ozono’ a un adelgazamiento significativo en los niveles de este compuesto en la estratosfera, a lo largo de ciertas regiones del planeta. Estos hoyos en la atmósfera no son definitivos, pero cada año se hacen más profundos y duraderos. En esta ocasión, los científicos de la NASA y la NOAA sugieren que el agujero se formó debido a un invierno muy frío en el hemisferio sur.
“Este es un gran agujero de ozono debido a las condiciones estratosféricas más frías que el promedio de 2021”, explicó en un comunicado Paul Newman, científico jefe de ciencias de la Tierra en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.
Generalmente, estos agujeros en la capa de ozono se forman alrededor de septiembre. El fenómeno es consecuencia de los gases de efecto invernadero que los seres humanos emitimos, debido a la actividad industrial desmedida. Específicamente, el cloro y bromo reactivos inician destruyen este recubrimiento natural sobre la Antártida a finales del invierno. Cada vez se vuelve más difícil regresar los niveles a la normalidad.
Una consecuencia de la crisis climática
A pesar de que el panorama no es favorable, los científicos de la NASA fueron enfáticos en resaltar que, este año, el agujero masivo en la capa de ozono está pudiendo recuperarse gracias al Protocolo de Montreal. Este tratado regula la liberación de químicos dañinos que agotan la capa de ozono llamados clorofluorocarbonos (o CFC):
“Si los niveles de cloro atmosférico de los CFC fueran tan altos hoy como a principios de la década de 2000, el agujero de ozono de este año habría sido mayor en aproximadamente 1,5 millones de millas cuadradas (unos cuatro millones de kilómetros cuadrados) en las mismas condiciones climáticas”, explica la agencia.
El informe más completo del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) denuncia a la humanidad como responsable de la crisis climática global devastadora que ya está cobrando estragos en todo el mundo. El agujero masivo en la capa de ozono es una de las muchas consecuencias erráticas que están empezando a a apreciarse a nivel global.
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