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Escolaridad virtual: Habilidades que se ganan y se pierden

Continuar la educación formal en los distintos niveles educativos en pandemia por COVID-19 fue posible gracias a la virtualidad. Quedándonos en casa el mayor tiempo posible hemos aprendido un modo diferente de transitar los días.  

Esta creativa transformación del sistema educativo puede haber sido incómoda inicialmente, como toda novedad para los seres humanos, pero ha hecho posible llevar adelante la actividad escolar.

Las adaptaciones y adecuaciones nos muestran que la comunidad educativa ha ganado algunas habilidades y limitado el desarrollo de otras:

¿Qué habilidades ganaron los niños?

  • Las clases siguieron adelante en forma prácticamente ininterrumpida. La rápida respuesta de los docentes y el desarrollo de las plataformas en las que comenzaron a interactuar con los alumnos lo hicieron posible.
  • Tanto docentes como alumnos ejercitaron intensivamente la utilización de los recursos que las plataformas y diferentes programas requieren, logrando riqueza y agilidad en este sentido
  • Los alumnos han generado un nuevo y valioso sentido del orden. Esto a partir de los requerimientos de las actividades a entregar a plazos y los encuentros virtuales en los que participar a pesar de encontrarse en el hogar.
  • El sentido de la autonomía para resolver situaciones ha sido un protagonista para problemas que bajo la modalidad presencial hubiesen llevado consultar inmediatamente con el docente: “primero trato de resolver y si no lo logro recién consulto”.

¿Qué habilidades perdieron los niños?

  • Lamentablemente, las habilidades sociales que se desarrollan en relaciones vivenciales, que implican el compartir cada día con otras personas.
  • Las circunstancias que requieren rápida respuesta,  como sería la pregunta a responder en clase, que implica una activación inmediata en los pequeños.
  • El ocio compartido y la riqueza vincular del compartir cotidiano de un gran número de horas, tanto entre compañeros como con el personal de las instituciones.
  • La función cognitiva de atención sostenida en procesos lentos, como podrían ser los orgánicos o biológicos.
  • La atención afectiva y humana que el personal a cargo de las escuelas siempre presta al alumnado, quienes detectan eventuales situaciones de riesgo de violencia, maltrato, abuso, entre otras.

La modalidad mixta

Atentos al reciente inicio de clases en parte del planeta, ya observamos estas premisas en acción, con diseños mixtos que incluyen desde la división del aula en grupos para las clases presenciales, hasta la realización de clases en espacios abiertos  como parques o plazas para el nivel universitario, donde los alumnos asisten con sus propios asientos para recibir la clase respetando las distancias recomendadas.

El arte de saber vivir. 

 

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