La primera Navidad que Enrique VIII estuvo en el poder se gastó el equivalente a más de 13 millones de libras esterlinas en eventos y celebraciones.
Era su primer año de mandato. Tras la muerte de su padre, Enrique VII, ascendió al trono con la idea de reformar Inglaterra. Con apenas 19 años, y una vida de conflictos internacionales por delante, Enrique VIII decidió dar inicio a su reinado con la celebración de Navidad más pomposa, cara y excéntrica que se había visto en toda la historia británica hasta ese momento. Ésta es su historia.
Regalos y entretenimiento para todos
Era 1509. Apenas en abril, Enrique VIII había sido coronado como rey de Inglaterra. En los albores del Renacimiento, su intención era marcar la historia de su país con un cambio de planes. Tomando en cuenta que el cambio de mandato había generado cierta expectativa entre la nobleza y la población, el nuevo mandatario decidió organizar una serie de eventos celebratorios en torno a la Navidad con toda la fuerza de los impuestos ingleses.
De acuerdo con la BBC, la idea fue emplear todos los impuestos de un año en comida, bailes y otros eventos de entretenimiento:
“Los gastos de 1509 muestran que el rey de 19 años gastó el equivalente a 13.5 millones de libras esterlinas en una serie de eventos lujosos. Los ingresos totales del año fueron de 16.5 millones de libras esterlinas”.
Según los registros del National Archive, casi todo el dinero de recabado por el sistema tributario se destinó a comida, teatro y regalos ostentosos Tanto para la nobleza como para el personal. Entre las personas de servicio, se consideró a niños del coro, músicos y actores del más alto renombre, así como los sirvientes usuales del palacio.
Una Navidad en Richmond Palace
Todos los eventos que Enrique VIII planeó para Navidad se llevaron a cabo en Richmond Palace, la residencia de invierno que la familia real tenía. Fue ahí mismo, a los pies del Rió Támesis, que el rey completó el pago por cada uno de los servicios que había ordenado para el 24 de diciembre con toda la lista de regalos muy generosos que dio a todos los invitados.
“Estos registros realmente nos permiten ver la increíble riqueza que rodeaba a los primeros reyes Tudor”, explica Sean Cunningham, jefe del equipo de Registros Medievales de los Archivos Nacionales.
Con esto, Enrique VIII inauguró un reinado de excentricidades, rompimientos eclesiásticos y cambios de paradigma político que no se habían visto nunca en territorio británico. Aunque los registros de ese año documentaron cada centavo que se gastó en los eventos y personal, no se publicaron hasta siglos después, en 2018.
La Navidad de 1509 sólo fue el inicio.
MUY INTERESANTE.
