Por: Cortesía

Cuándo es momento de decirle a tus hijos que los reyes magos no existen

¿Llegó el momento de decirle a los niños que los Reyes Magos no existen? Si es así, armamos una guía para hacer la conversación más fácil.

Se acerca el 6 de enero. Desde varios días antes, después de la celebración de Año Nuevo, los más pequeños se preparan para escribir una carta a los Reyes Magos. En las familias con personas cercanas a la adolescencia, esta ilusión empieza a generar preguntas y curiosidades que antes no aparecían. Incluso desde antes, los niños se cuestionan si los ‘Magos de Oriente’ que le trajeron regalos a Jesús realmente existen.

Eventualmente, ya sea porque se den cuenta ellos mismos o alguien impertinente se los diga sin querer, los niños se enteran de que los Reyes Magos no existen. Sin embargo, el impacto puede mitigarse con una serie de acciones conscientes por parte de los padres. Aquí te explicamos cómo hacer esta conversación un poco más llevadera.

Una plática difícil

Los padres generalmente piensan que, al revelar que los Reyes Magos no existen, le van a quebrar el corazón en mil pedazos a sus hijos. La tradición se convirtió en un motivo de ilusión para ambas partes: para los niños, por recibir mágicamente lo que pidieron en sus cartas; para los adultos, sólo por ver a los más pequeños felices y emocionados. Sin embargo, esta dinámica tiende a llegar a su fin naturalmente.

De acuerdo con Anna Carballo Márquez, profesora de Psicobiología y Educación en la Universitat Internacional de Catalunya, desde los 2 años de edad los niños reciben cualquier información fantástica fácilmente. Así lo explica la experta en su artículo para The Conversation:

“En estas edades la creatividad no tiene límites debido a que el pensamiento no se rige formalmente por la lógica. De esta manera, a menudo la fantasía es la explicación más plausible para todo aquello que no pueden entender aún y tienen, también, la tendencia a creer en aquello que han imaginado”, según el estudio que condujo para la misma institución.

El panorama cambia, según Carballo, cuando alcanzan los 6 o 7 años de edad. Para entonces, el pensamiento lógico ya ha madurado un poco más. Aunque depende mucho del entorno en el que se desenvuelvan, generalmente las personas empezamos a cuestionarnos los cuentos de hadas y la aparición de seres fantásticos alrededor de esta etapa en la vida.

En esta etapa, según la psicóloga, es común que los niños se empiecen a cuestionar cómo es que Santa Claus o los Reyes puedan leer las cartas de todos los hogares en el mundo, cómo le atinaron precisamente al regalo que ellos querían, o cómo pueden llegar a todas las casas en una misma noche. Si no lo hacen por su cuenta, lo más recomendable es decirles frontalmente que los Reyes Magos no existen.

¿Llegó el momento?

La mejor estrategia para evitar una conversación incómoda, según Carballo, es “devolverles la pregunta para ver qué piensan de ello“. Esta inquietud revela que los niños tienen inquietudes sobre si Santa Claus o los Reyes Magos no existen, y deberían ser capaces de generar una explicación por su cuenta. Según la experta, a partir de aquí hay dos escenarios:

“Si todavía optan por la respuesta de la magia, podemos decirles que está bien su explicación y no mojarnos más allá. Pero si vemos que las dudas empiezan a estar fundamentadas, seguramente será mejor revelarles la verdad”.

Aunque no parezca, los padres también sufren este tipo de impactos emocionales. Al no querer lastimar la ilusión de sus hijos, pueden darle mil vueltas al asunto: cómo abordar el tema, cómo decírselos, en qué momento es mejor. Cuando llegue el día de revelar que los Reyes Magos no existen, estos son algunos consejos que vale la pena tomar en cuenta.

  1. Evitar que sea en una fecha cercana a Navidad o al 6 de enero.
  2. Hablarlo con lenguaje accesible y con calidez.
  3. Encontrar un lugar tranquilo donde los niños se sientan seguros.

Validar sus emociones si se sienten enojados, tristes o decepcionados.Es común que los niños se sientan tristes cuando reciben este tipo de noticias. Aunque ya tengan sospechas, confirmar que estos personajes eran parte de una fantasía puede ser doloroso. Lo más importante, para no hacer que pierdan la confianza en los adultos, es no caer en la tentación de decirles que todo fue un error, y que los Reyes Magos sí existen.

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