Foto: Cortesía

Casa donde 'Gabo' escribió 'Cien años de soledad' será destinada a la literatura

Cdmx.- En el número 19 de la Calle de la Loma, al sur de la Ciudad de México, se encuentra la casa que habitó Gabriel García Márquez con su familia, mientras escribía su obra cumbre: Cien años de soledad. Hoy el inmueble será un espacio para impulsar la literatura.

Este martes se firmó el contrato de donación entre la propietaria de la casa ubicada en San Ángel Inn y la Fundación para las Letras Mexicanas (FLM). El evento tuvo lugar en la propia casa-habitación que sirvió como residencia a la familia García Márquez entre 1965 y 1967, años capitales en la creación literaria del escritor colombiano.

El inmueble fue donado por su propietaria, Laura Coudurier, y se convertirá en un nuevo espacio de impulso a la literatura que estará a cargo de la Fundación para las Letras Mexicanas.

Luego de renunciar a su trabajo como editor y redactor de frases para la publicidad, el futuro Premio Nobel de Literatura se dedicó de tiempo completo, en esta casa durante 18 meses, a la creación de la obra maestra sobre Macondo y la familia Buendía.

El propietario del inmueble, el señor Luis Coudurier, era entonces funcionario del gobierno de la Ciudad de México. Como lo recordó en sus palabras Miguel Limón Rojas, presidente de la Fundación, el novelista y su esposa Mercedes Barcha se vieron imposibilitados de cubrir los pagos de la renta una vez consumidos sus exiguos ahorros.

A la llamada telefónica en que el señor Coudurier solicitaba el pago de los adeudos, Mercedes le hizo saber que por el momento no contaban con los recursos: el escritor estaba dedicado a su obra literaria, pero una vez que la concluyera, cumplirían con el compromiso.

“¿De qué tiempo estamos hablando?”, preguntó el propietario. “De nueve meses”, respondió Mercedes, y manifestó la disposición del escritor de firmar cualquier documento para garantizar el compromiso.

“Con su palabra me basta”, contestó entonces el señor Coudurier. A la fecha, Mercedes Barcha resalta que la expresión de confianza de aquel caballero significó para el escritor un respaldo moral de gran valía.

En su participación, Laura Coudurier rememoró cómo su padre y García Márquez se reencontraron en 2005, y en esa oportunidad don Luis se comprometió con el Premio Nobel a que la casa, por haber sido la cuna de Cien años de soledad, se destinaría a la literatura.

La novela fue publicada a principios de junio de 1967 en la editorial Sudamericana de Buenos Aires y habría de convertirse en una obra maestra de las letras universales.

A poco más de 50 años de la escritura de Cien años de soledad, la casa de Calle de la Loma volverá a dedicarse a la literatura, gracias a la generosidad de la señora Laura Coudurier, hija de don Luis, ya fallecido. Ella tomó la decisión de donarla a la Fundación para las Letras Mexicanas, cuyo Patronato ha aprobado destinar nuevos recursos para su operación y mantenimiento.

El contrato de donación se firmó en la propia casa con la presencia de la señora Laura Coudurier e integrantes del Patronato de la Fundación, como Alberto Baillères, Fernando Senderos y Alfonso Romo; la subsecretaria de la Secretaría de Cultura federal, Natalia Toledo; el exrector de la UNAM, José Sarukhán; el director de la Academia Mexicana de la Lengua, Gonzalo Celorio, y el director de la Fundación, Eduardo Langagne.

También estuvieron miembros del Consejo Consultivo de la FLM, integrado, entre otras personalidades, por Federico Reyes Heroles, María Baranda, Rosa Beltrán, Vicente Quirarte, David Olguín y Jorge von Ziegler.

El presidente de la FLM, Miguel Limón Rojas, dio a conocer que la Fundación hará de la casa un espacio de impulso a la creación, así como un lugar de encuentro para la reflexión y el diálogo actualizado sobre temas relevantes de la literatura universal.

La Casa Estudio desarrollará un programa de actividades coordinado por Geney Beltrán, bajo la orientación tutelar de Juan Villoro, quien en su intervención luego de la firma del acta recordó cómo García Márquez, desde que llegó con su familia a vivir a la CDMX en 1961, quedó siempre vinculado con nuestro país, lo que se ve reforzado por la preservación de esta casa para la literatura.

 

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