Foto: Cortesía

7 Bestias mitológicas que protagonizaban las pesadillas durante la edad media

Animales alados, guardianes del Infierno y criaturas que resucitan: éstas son algunas de las bestias mitológicas de la Edad Media.

A pesar de ser un periodo en la Historia marcado por la presencia de la Iglesia Católica en Occidente, diversas tradiciones simbólicas paganas florecieron durante el Medioevo. El Tarot, las fiestas de San Juan y un amplio acervo de bestias mitológicas tomaron fuerza a lo largo de los diez siglos que comprende este periodo histórico.

Estas manifestaciones culturales se expresaron también en la manera en que las personas configuraron sus ideas de monstruosidad y virtud. En un mundo dominado por la dicotomía entre el bien y el mal, una amplia variedad de animales que soportaron el mito cristiano empezaron a rumiar los bosques y las playas de Europa —aunque fuera en el imaginario colectivo. Éstas son algunas de ellas.

Basilisco

Venido de un paraíso oscuro y perdido, este animal alado se coronó a sí mismo como el rey de las serpientes. Viene del griego βασιλίσκος, que se traduce como “pequeño rey“.

Por esta razón, en diversos libros medievales esta bestia mitológica aparece con una corona roja. Según narra la leyenda, este animal tiene el poder de dos mundos opuestos: el cielo y la tierra, por lo que cuenta con garras poderosas y un par de alas magníficas. Por su aspecto monstruoso, se pensaba que traía malos augurios.

Nycticorax

Se decía que este animal —cercano en su complexión a los búhos— ayudó al ejército de Alejandro Magno a vencer en sus campañas de expansión. Sin embargo, ésta es una de las bestias mitológicas que fueron catalogadas como provenientes de las sombras: uno de los animales más impuros, mencionado en el libro de Levítico en la Biblia como guardianes de las puertas del Infierno.

Caracoles

Los caracoles jugaron un doble papel en la iconografía medieval popular. A la par que representaron cobardía entre los soldados cruzados, se percibían como un símbolo de resurrección entre el clero. Como muchas conchas de caracol eran encontradas en los cementerios, se hacía una analogía entre cómo se abandona la carcasa orgánica para trascender hacia otro plano de consciencia.

Dragón

No hay bestia medieval más reconocida y temida en nuestros días que el dragón. Arrastrando cadenas y exhalando llamaradas incandescentes, estos animales mitológicos se ganaron un espacio en la iconografía cristiana de Inglaterra como el monstruo a vencer por excelencia. Fue descrito por diversos bestiarios de la época por ser la más imponente de las serpientes, superior a cualquier criatura terrestre en sus dimensiones y poderes mágicos.

Grifo

El grifo se introdujo en la iconografía de los bestiarios medievales como consecuencia del contacto con Oriente, en el que se presentaba mayormente como una figura ornamental. Es una imagen solar, asociada en la Antigüedad a grandes héroes y dioses masculinos, como Alejandro Magno o Apolo. Debido a esto, fue relacionado más tarde a la realeza en algunos países europeos.

Unicornio

El unicornio se ganó un espacio entre las bestias medievales por su carácter señorial y apacible. A pesar de ser un animal mitológico tranquilo, los cazadores de la época no se atrevían a acercársele por la fuerza implacable con la que contaba.

Su sangre era preciada entre las brujas por dar eterna juventud y otras aptitudes mágicas. Se sabía que todo su cuerpo era blanco, a excepción del cuerno, que se describió como morado en algunos manuscritos de la Edad Media.

Sirena

Si bien es cierto que las sirenas ya aparecían en las epopeyas homéricas, durante la Edad Media se fincaron duramente en el imaginario colectivo por encarnar las tentaciones humanas.

A diferencia de la concepción contemporánea que se tiene de estas mujeres mitológicas, durante el medioevo se les consideró como animales horribles con algunos caracteres femeninos que, además de ser violentos, engañaban a los seres humanos y los maldecían desde las aguas.

MUY INTERESANTE. 

 

Temas relacionados: