La tradición de ir a la Feria

Redacción. Cada año, tapatíos y visitantes de todo el país acuden a la tradicional Feria Internacional del Libro de Guadalajara por diferentes motivos aunados a la búsqueda de libros a lo largo y ancho de la Expo Guadalajara.

Sin darle mucha atención a los pasillos abarrotados cada vez por más personas, aficionados llegan desde el primer día de actividades con diferentes planes. Algunos como Mariana atienden desde el inicio el evento con la intención de encontrar ese título que tanto ha buscado. “Es que la mayoría de las veces encuentras esos libros importantes sólo en la feria”, dice, mientras espera en la fila por un texto en especial.

La Fiesta, considerada de los más importantes en América Latina, cita cada año, y desde hace 30, a amantes de la literatura. Algunos como Francisco cuentan que han asistido casi de manera ininterrumpida por más de 20 ediciones, como parte de una tradición iniciada en la familia, seguida por la costumbre escolar, y luego por decisión personal, “la cosa ha cambiado mucho”, comenta. Otros, como Valeria, acuden este año por primera vez para conocer “de qué se trata eso de lo que mis amigos de la prepa tanto hablan”, y asegura que volverá el próximo año, ya que ha disfrutado mucho.

Durante sus nueve días, los visitantes se apretujan entre los pasillos buscando las novedades literarias. Dicen que además, es interesante asistir a la Feria para conseguir la firma de su autor preferido. ”Yo vengo porque la mayoría de los libros que mencionan los maestros en la escuela siempre están aquí y no en las librerías”, señaló otro de los asiduos participantes, quien espera encontrar un manual de Teoría Literaria para sus clases, ya que “encuentras esos libros raros en la venta nocturna de la FIL”.

Jaime, estudiante de Diseño y visitante del Estado de México, dice que además de textos uno puede disfrutar de los eventos musicales, presentaciones teatrales y otras exposiciones que se dan en el lugar. “Está padre que difundan otras cosas y no nada más libros”, señala con entusiasmo.

Si bien es cierto que el fin primordial de la FIL son las publicaciones, también es que para algunos representa la oportunidad de reencontrarse y convivir con amigos. “Suelo verme con la gente que comparte mis gustos aunque no compremos nada, pero la cosa es que nos divertimos haciendo lo que nos gusta”, asegura José, ferviente asistente a la fiesta literaria de Guadalajara.

Este año, la edición 30 de la Feria Internacional del Libro espera superar la asistencia del año pasado, que en su presentación número 29 registró una visita de 792 mil personas, y que tiene como región invitada a América Latina.

(Con información de El Informador)