Una conquista “tuza” que dolió en el corazón “rayado”

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Por: Carlos Muñoz.

Cuando todo pintaba para la quinta estrella de los “rayados”, al final, Monterrey fue incapaz de fulminar al Pachuca y una fiesta se convirtió en un Bancomer desencajado, muy dolido con más de 50 mil aficionados regios.

El exceso de confianza en Antonio Mohamed y algunos jugadores ayudó en parte a que el Pachuca se convierta en el nuevo campeón del fútbol mexicano con una camada de futbolista de experiencia como Aquivaldo Mosquera y Oscar “Conejo” Pérez y, por otro lado, con la juventud encabezada por el “muñeco diabólico”, Hirving Lozano.

No hubo tiempo para más, el fútbol es espectacular, es polémico, es emocionante, pero se gana con goles y un cabezazo de Víctor Guzmán, del cual por cierto su carta pertenece a “Chivas”, le dio el dos a uno en el global para que los “tuzos” se coronen por tercera ocasión en territorio regio, en dos ocasiones en el Universitario de Nuevo León.

Por un lado, la alegría de los jóvenes Rodolfo Pizarro, Víctor Guzmán, Erick Gutiérrez e Hirving Lozano fue indescriptible, siendo gratas revelaciones con el paso de los meses mostrando su talento en todas las canchas de México a la espera de saltar al balompié ibérico.

La cara de Diego Alonso lo dijo todo, un partido que parecía completamente perdido con la expulsión de Mosquera, se convirtió en un respiro muy hondo en el corazón “tuzo”, siendo esta su tercera temporada, alcanzando una semifinal y ahora el título, el primero en su carrera y ante un rival de grandes tamaños.

Al final, el hubiera no existe, a “rayados” no le sirvió de mucho dejar en el camino al archirrival “Tigres” y al odiado América y la fiesta se convirtió en una noche muy triste en Monterrey con un estadio repleto de aficionados de corazón que consolaban a los Cardona, a los Pabón, a los Ayoví, a los Basanta, los cuales deben sentirse orgullosos porque los triunfos estarán a la vuelta de la esquina.