VOLUNTAD SOBRE PALABRAS – La ilegalidad, un virus interminable

Written by Redacción. Posted in Columnas, Minuto a Minuto

Published on julio 27, 2015 with No Comments

David Noceda Por: David Noceda.

Contacto: david.noceda@hotmail.com

Tal parece que México sí se ha movido pero hacia el retroceso y la corrupción involutiva del siglo pasado. Es un insulto para la ciudadanía y para la consolidación democrática que los funcionarios públicos muestren un desinterés generalizado en el bienestar de la población. Han pasado 10 meses desde la desaparición de los 43 en Ayotzinapa y las respuestas escasean para los familiares y el país entero.

Sumado a ésto, la fuga del Chapo ha puesto el dedo en la herida más lacerante del sistema político, la red de servidores públicos envueltos en las filas del crimen organizado. Un asunto pendiente para las autoridades que ha sido analizado durante años en diversos documentos y que nadie ha tomado la decisión firme de resolverlo.

En lo que va del sexenio, la SEP ha realizado cambios en las materias que fortalecían la formación de valores en las personas a través de la educación, teniendo como consecuencia que la sociedad mexicana se familiarice con la ilegalidad y la normalice.  De acuerdo a datos del Barómetro Global de la Corrupción, para el 90 por ciento de los ciudadanos la corrupción constituye un problema, actualmente situado entre los primeros lugares de preocupación.

Sin embargo nos hemos acostumbrado a vivir con ella y hasta a provocarla. En nuestro país se cometen más de 4 millones de actos de pequeña corrupción anuales y el ciudadano es tan culpable como la élite política a la cual critica. La mayor parte de nosotros construimos diariamente la cultura de la ilegalidad juzgando a las autoridades sin participar en su desarrollo o evolución. Somos parte de la crisis política y económica que vivimos, las creencias sociales se determinan por el dinero, ya que la imagen de cambio o poder se ha vinculado totalmente con el capital económico pero no humano.

Por otra parte, engrandecemos el delito aunque lo veamos diariamente. La piratería sigue siendo uno de los males con más impacto en la economía total del país. Sólo en 2014 la pérdida fue de 43 mil millones de pesos, mientras que el crecimiento del PIB anual se registró apenas en 2.1 por ciento.

El Centro de Investigación para el Desarrollo, AC (CIDAC), en junio pasado de este año, afirmó que es cada vez más necesario evaluar las pérdidas de empleos formales, recaudación, valor de aseguramientos, impactos en la salud y seguridad de los consumidores que se manifiestan por la piratería. Evaluar estas pérdidas es fundamental para entender las áreas que deben de ser atacadas por el gobierno para frenar no sólo la ilegalidad, sino al crimen organizado.

Hay que recordar que en algunos textos como Mafia Export  de Francesco Forgione se advierte de los grandes retos para combatir al crimen organizado mundial debido a su extensa red financiera. Una red consolidada a partir de las drogas, la prostitución, la piratería, las empresas y el lavado de dinero, por lo que el reto para este gobierno es aún mayor.

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