VOLUNTAD SOBRE PALABRAS – Política en lodo

Por: David Noceda.

Contacto: david.noceda@hotmail.com

En los años noventa, los avances tecnológicos como el internet o la telefonía digital sorprendían a todo el mundo por la rapidez con que garantizaban la conectividad entre personas. A casi veinte años de este gran salto, la política mexicana sigue sin entenderse con la nueva época ante el surgimiento de plataformas y aplicaciones móviles que buscan transparentar la vida democrática de los países (no sólo México).

Algunos de los sitios más conocidos son Change.org o Artículo 19, quienes constantemente publican temáticas relacionadas a la corrupción, impunidad, impacto ambiental o cuestiones sociales. En pocos años, estas plataformas han logrado impactar políticamente a Latinoamérica frente a la falta de espacios de información sobre los gastos públicos.

La corrupción en nuestro país es cada día más alarmante, ya que anualmente 2% del PIB es lo que se pierde por este fenómeno. Los niveles de corrupción han aumentado tanto en los últimos 3 años, que las pérdidas son por 1.5 billones de pesos al año, de acuerdo a la organización Transparencia Internacional (TI).

En su informe Índice de Percepción de la Corrupción, la organización no gubernamental aclaró que “México ocupaba en el año 2012 el lugar 100 dentro de los 175 países más corruptos. Al año 2014 México ocupa el lugar 103”, es decir que para este 2015 la percepción de la corrupción mantendría un incremento considerable. Pese a que las cifras son innegables, el sistema político refleja un desinterés generalizado  sobre lo que sucedería si este tipo de prácticas se mantiene.

Durante este 2015, podríamos elaborar un recuento de casos significativos para establecer cuál es el panorama que enfrentaremos como país en décadas posteriores. Las casas del Presidente y su gabinete, los gastos publicitarios con Televisa, los gobernadores envueltos con el crimen organizado e incluso la crisis económica que casualmente llega después de las elecciones son sólo una muestra de que la política se ha hundido en el lodo por la ambición de poder.

Pero esa ambición de poder sin fondo, se ha topado con las nuevas tecnologías de información de manera más contundente con el paso del tiempo. Las redes sociales como Facebook o Twitter se han transformado en el ojo crítico de los funcionarios públicos. Por estos medios los ciudadanos pueden sentirse seguros de manifestar sus opiniones o demandas y es ahí donde se encuentra el verdadero valor de estos sitios.

En Europa y el norte de África la tecnología ha cambiado la forma de hacer, ver y participar en la política. Se han organizado manifestaciones, campañas ciudadanas o hasta destituciones gracias al espacio que ofrecen estos medios, así que la gran pregunta sería ¿Dejaremos que nuestra democracia se hunda o actuaremos con pasos pequeños para salvarla?

No podemos ser sólo los espectadores de la corrupción gubernamental, el desempleo, la falta de educación y el desencanto de la población juvenil sobre nuestro país. Necesitamos hacernos parte de los problemas para crear líderes o figuras públicas más honestas y eso será posible en la medida que utilicemos las herramientas tecnológicas actuales a nuestro favor para participar más activamente en construir un mejor país. México aún tiene probabilidades de frenar el cohecho, por lo que es hora de caminar hacia adelante sin detenerse por los políticos.