Caballeros Templarios, cómplices de Petro Bajío

MVS. El cártel de “Los Caballeros Templarios” comercializaba en zonas industriales del puerto de Lázaro Cárdenas parte del hidrocarburo que robó la empresa Petro-Bajío a Petróleos Mexicanos (PEMEX).

Así lo confirma la captura de Sergio López Vargas, presunto sicario de esta organización criminal, quien fue identificado como el responsable de la ejecución de David Burgueño Colón, un alto funcionario en la planta que PEMEX mantiene en el puerto de Lázaro Cárdenas.

Líderes del cártel michoacano ordenaron a Sergio López ejecutar el 3 de mayo pasado a Burgeño Colón, quien se negó a facilitar a “Los Caballeros Templarios” la venta del hidrocarburo robado en diversas empresas del principal puerto mexicano.   Burgueño Colón fue asesinado en el interior de su casa.

Una de las líneas que sigue la Procuraduría General de Justicia de Michoacán apunta a que la organización criminal pretendía justificar la compra-venta del hidrocarburo a través de la duplicidad de comandas o guías de abastecimiento del combustible.

Autoridades han decomisado a la fecha 38 tráileres y diversas pipas a Petro-Bajío, en los municipios de Lázaro Cárdenas, Tarímbaro y Morelia.

En Morelia, parte de las 38 unidades fueron encontradas en la Ciudad Industrial de Morelia (CIMO), por lo que autoridades presumen que el combustible robado también era comercializado en diversas empresas.

La historia de Petro-Bajío

El pasado 29 de septiembre, autoridades federales intervinieron la empresa Petro-Bajío, acusada del robo mensual de cuatro millones de litros de hidrocarburo crudo a PEMEX.

Petro-Bajío actuaba en complicidad con el cártel del Golfo para “ordeñar” los ductos de PEMEX en diversos estados, a pesar de que a través de su propietario, Martín Jiménez Silva, tenía un contrato con PEMEX desde el 2011 para el traslado de combustóleo, asfalto y refinado.

El empresario recibía pagos mensuales por cinco millones de pesos y presuntamente fue él quien buscó una alianza con el cártel del Golfo para el robo de hidrocarburos en distintas partes del país, principalmente en Tamaulipas y Guanajuato, en éste último estado donde tiene su domicilio fiscal Petro-Bajío.

Según autoridades, Martín Jiménez entregaba al mes cinco millones de pesos al cártel del Golfo, por lo que se presume que sus ganancias eran multimillonarias.

Martín Jiménez, investigado desde marzo pasado, ya fue detenido con su hermano Evaristo Jiménez Silva y otras tres personas identificadas como Julián Aguilar Maya, Carlos Ramón Arellano Velasco y Alejandro Arteaga Guillén.

Las instalaciones de la empresa, ubicada sobre la autopista Morelia-Salamanca-Celaya, están bajo resguardo de autoridades federales, al igual que otros 50 tractocamiones con pipas y 600 mil litros de hidrocarburos.